Los escándalos el año pasado en el Veracruz por corrupción, lavado de dinero, defraudación fiscal y delincuencia organizada eran insostenibles por parte del entonces gobernador Javier Duarte. Después de la huida del priista, pareciera que lo que se creó fue un fenómeno mediático. El actual gobernador Miguel Ángel Yunes se ha encargado de culpar de todo a Javier Duarte. Además de que daba la impresión que todos los escándalos que salían en Veracruz opacaban los temas en entidades como Quintana Roo, Chihuahua, Nuevo León, etc.

Digamos que a falta de remedio, Javier Duarte se convirtió en chivo expiatorio y fenómeno mediático. Hasta Yunes llegó a ligar al priista con López Obrador, todo lo que tocó Duarte lo destruía. La telenovela de la vida de Duarte acaparaba la atención de todos los medios de comunicación.

Pero la incertidumbre sobre si tendría una nueva temporada el “melodrama” de Javier Duarte y su fuga estaba presente. Hasta que llegaron las campañas para la elección de varias entidades, sobre todo la más importante en el Estado de México, el tema Duarte tenía que salir de nuevo. Las encuestas a nivel nacional y en el Edomex sobre preferencias electorales son claras. Morena como partido y López Obrador van muy arriba, tema que hace mucho ruido al PRIAN.

Dado que Josefina Vázquez Mota trae consigo una carga muy pesada sobre escándalos sobre recursos que ha recibido del gobierno del presidente Peña Nieto, da la impresión que no levanta. Por otro lado, Alfredo del Mazo es más gris que su cabello, le falta “punch” a este candidato. Si se quiere ver más patético el asunto para el PRI, en Chihuahua se giró orden de aprehensión para César Duarte por delitos de peculado. Para hacer ver peor a las autoridades, el ex gobernador de Chihuahua se da a la fuga. Dos gobernadores prófugos de la justicia en este sexenio es terrible para el PRI.

Teniendo un escenario complicado para el PRI, era necesario levantar el “rating” y de pronto capturan a Javier Duarte. Las coincidencias no dejan de ser sospechosas, además muestran un sesgo y un posible descarado cinismo por parte de las autoridades. No es nada extraño y mal pensado el aunar las detenciones de Duarte y Yarrington con la elección del Edomex que es la más importante del sexenio del presidente Peña Nieto.

Pero bueno, poniendo en la balanza este tema, podemos decir que son positivas las detenciones de Duarte y Yarrington. No importa si es tiempo de campañas electorales −ya sabemos que desafortunadamente así trabajan los gobiernos−, en algunas entidades o no. El hecho debe ser reconocido al gobierno, pero sobre todo a las autoridades de Guatemala e Italia. Ahora lo interesante del caso es saber si se recuperarán los recursos desaparecidos en la gestión de Javier Duarte en Veracruz.

Una vez aplaudido el trabajo de detener a estos ex gobernadores, hay que exigirle más a nuestro gobierno. El hecho de que detengan a políticos corruptos no es un “gran logro” o un milagro −pero estamos acostumbrados que nos venden como logro−, es trabajo de las autoridades. Lo más patético del caso es que tanto a Yarrington, Duarte y en su momento a Moreira, fueron detenidos fuera de México, es decir, así que hicieron muy bien su trabajo las autoridades mexicanas, pues no. El bombardeo mediático de la detención de Duarte está por todas partes.

Detener a Yarrington era labor desde sexenios pasados, siendo exigente podemos preguntar: ¿y por qué hasta ahora detienen al ex gobernador de Tamaulipas?

Ahí sigue el ex gobernador Medina de Nuevo León −que ya fue perdonado−, Borge de Quintana Roo y el nuevo prófugo Duarte de Chihuahua. La burla más grande es Humberto Moreira que pretende seguir en la política con un partido nuevo. Esto solo es el tema de ex gobernadores corruptos, al gobierno hay que exigirle como 20 temas adicionales que han hecho mal su trabajo.

Si ponemos el dedo sobre la llaga, hay temas preocupantes de deuda pública como el Estado de México y en Puebla por una supuesta deuda oculta o la deuda de Jalisco que nadie dice nada. Pero esto será tristemente hasta que terminen las actuales administraciones en dichas entidades.

En fin, la segunda temporada de la telenovela de Javier Duarte está en vivo y en todos los medios. Se habla muy poco de la herencia que le dejó Fidel Herrera a Duarte. Pero eso no importa, lo que importa es el show que el veracruzano ha generado.

La detención de Javier Duarte puede ser un arma de doble filo para el gobierno en sus aspiraciones de que el PRI conserve el Edomex. Duarte puede terminar de hundir al PRI en las elecciones de este año y prácticamente terminar con las aspiraciones a 2018. Se antoja complicado que por este esfuerzo enano de justicia quieran cambiar la narrativa en el país. Pero lo más triste del caso, es que de este tema se espera de todo menos justicia.

Twitter: @Hugo_Canelo