“Inescrupuloso, mezquino, desleal a principios y a personas”, así definió el último ideólogo del Partido Acción Nacional, Carlos Castillo Peraza, a Felipe Calderón Hinojosa. Se lo contó a Julio Scherer García, el fundador de Proceso, y el periodista lo contó a su vez en su libro Secuestrados.

El 19 de octubre de 2009 Proceso publicó: “En efecto, además de lo que dijo a Scherer García, y que de suyo es preocupante, Castillo Peraza describe en una de las cartas el talante prepotente, colérico y receloso de Calderón, pero también algo que debería ser motivo de deliberación por ser de inobjetable interés público y que explica su estilo personal de ejercer el poder: El consumo inmoderado de alcohol”.

Describe Proceso: “De hecho, la carta de Castillo Peraza obedeció a que Calderón canceló, sin avisarle, una reunión que tendrían la noche del 30 de octubre, justo el día en que éste se encontró con el perredista Andrés Manuel López Obrador –que negociaban entonces una acción conjunta ante el PRI–, tras lo cual se marchó a una comida privada”.

Castillo Peraza le escribe a Calderón: “Ahora tengo que añadirte que me pareció desconsiderado de tu parte no haber acudido a la cita de anoche, sin siquiera haber avisado, y que me dolió y preocupó haberme enterado por boca de subalternos menores que el presidente del partido salió de la oficina ‘muy bien servido’.”

Carlos Castillo Peraza, el gran maestro de Felipe Calderón, fue traicionado por el expresidente. Y Castillo Peraza lo describe de cuerpo entero.

En estos días Felipe Calderón adquiere un protagonismo falaz. Hasta el embajador de los Estados Unidos, Christopher Landau, le ha tenido que corregir la plana. Sin escrúpulos siembra notas falsas (neumonía atípica), retuitea noticias de otros países (foto de niña dominicana) como si sucediera en nuestro país, se ha convertido en un experto en fakenews y da “recomendaciones” para combatir la pandemia cuando en su sexenio, por la influenza, se robaron carretadas de dinero.

Inescrupuloso, mezquino, desleal, Felipe Calderón Hinojosa camina dando tumbos por las redes sociales y, dada su condición, el piso se le mueve en cada tuit.