A mi columna en la cual establezco que la propaganda priista del “nuevo rostro” no es más que una burla de vergüenza y carcajada pues Beltrones y Gamboa muy lejos están de tener algo nuevo bajo el pellejo y, sobre todo, en el espíritu, pues representan el proyecto que ha llevado a la debacle al país en las últimas cuatro décadas y quieren ir más lejos aún en el proceso desnacionalizador particularmente a través de la “reforma estructural” de PeMex (Gamboa y Beltrones, los nuevos rostros del PRI.), ha respondido Federico Arreola con una respectiva columna preguntándome si sé cómo es que los dos viejos mencionados arriba fueron, cuando jóvenes, corrompidos por el ejemplo de priistas más viejos que ellos como Manuel Camacho y Manuel Bartlett, ahora de “izquierda” (http://www.sdpnoticias.com/columnas/2012/08/13/los-viejos-beltrones-y-gamboa-los-nuevos-camacho-y-bartlett )

Federico Arreola tiene básicamente razón y no hay argumentos suficientes para defender a alguien como Bartlett. Sin embargo, quizá en los matices, que devienen en el presente en sustancia, haya cierto descargo en el otrora poco defendible ex secretario de Gobernación  y ex gobernador de Puebla entre otros ex.

1. Su coherencia en relación al tema fundamental del petróleo. Ya sea por convicción o estrategia política y contrario a Beltrones-Gamboa, durante los últimos años ha mantenido su postura en contra de la privatización que con tanto afán se pretende.

2. El propio Cuauhtémoc Cárdenas ha aceptado la explicación de Bartlett en relación a la “caída” del sistema y consecuente fraude en 1988.

3. Ha apoyado firmemente el proyecto de López Obrador al menos desde 2006.

Y tal vez estemos en realidad ante solo dos proyectos básicos como ha argumentado López Obrador y ambos derivan del mismísimo PRI (porque el PRI lo fue todo alguna vez): El nacionalista y el privatizador. Es en este dilema donde se ha debatido y continuará discutiéndose el proyecto de país. Pareciera que esta disyuntiva, más que otro elemento, definiera ideologías y pragmatismos, derechas e izquierdas. Lo que fue ayer priismo nacionalista hoy es priismo derechista abrazado al derechismo del PAN. La izquierda ha encontrado en el cauce nacionalista posrevolucionario otrora del PRI, su leit motiv articular.

Increíblemente y aunque parezca una vacilada, desde esta perspectiva, Bartlett parecería un político de izquierda comparado con Gamboa y Beltrones. Cosío Villegas vive.

Otro elemento comparativo a considerar es el de la corrupción y sus variantes. ¿Han superado los discípulos a sus maestros en este terreno? ¿Son más corruptos Beltrones y Gamboa que Camacho y Bartlett? Si nos atenemos a las evidencias del pasado, al instinto y al conocimiento popular en relación a cómo se las gasta el PRI, diríamos que sí (se argumentará con razón que en todos lados hay corruptos y entonces todo deviene a preguntar y establecer quién no roba, quién roba disimuladamente, quién roba más y quién vive en la impunidad permanente; como es el caso Gamboa-Nacif, por citar un ejemplo de variante de corrupción). Pero en realidad, el tema de propiedades ilícitas, números ocultos y cuentas bancarias en el extranjero es tan escabroso que necesitaría de un estudio de especialistas.

Concuerdo con Arreola en ciertas preguntas básicas: ¿Acaso no hay otros personajes que “sepan hacer política” en México? ¿Tanto derecha como izquierda “tienen” que “echar mano” de los mismos de siempre? ¿Tan incrustados están en el sistema político nacional que nadie puede sustituirlos? ¿Comen sonrientes en la misma mesa?