El diablo cita la Biblia en su provecho.<br>

Shakespeare, en El mercader de Venecia

El mercader del Coronavirus. Obra teatral

Antonio ha pedido un préstamo a Banco Azteca para ayudar a su amigo Bassanio a que pague la prueba del Covid-19 de su amada Porcia en un laboratorio privado.

En los hospitales públicos tal prueba es gratis, pero el jefe de la estrategia, doctor López-Gatell, no quiere hacer muchas más para no incrementar las estadísticas de la pandemia.

Y es que tiene razón Ricardo Salinas Pliego, dueño de Banco Azteca, mientras más casos de la pandemia más se daña la economía de los pobres, que son a quienes presta y cobra intereses, pues sí, técnicamente significativos.

Banco Azteca a todos atiende, así que entregó 3 mil pesotes a don Antonio con la condición de que devolviera el dinero en su totalidad en un tiempo determinado.

El contrato establece que, en el caso de no cumplir con el pago en la fecha acordada, Antonio deberá entregar a Banco Azteca una libra de su propia carne, sí, así como se lee: de su propia carne y además de la parte de su cuerpo que el dueño del banco, don Ricardo Salinas Pliego, disponga.

Antonio corrió el riesgo…, pero, la de malas, no pagó a tiempo. Contratista de medio nivel de Pemex, se arruinó porque la petrolera no pudo entregarle los recursos comprometidos por culpa de los diagnósticos de Standard & Poor’s que están por llevar a la quiebra a la gran empresa del reino.

Pero las bancarrotas de otros, muy sin cuidado tienen a Banco Azteca, que para exigir el pago pactado, se va a un juicio mercantil.

Así lo decidió don Ricardo Salinas, no tanto por el dinero, sino para darle una lección a Antonio, a quien odia “por el necio alarde que hace de prestar dinero sin interés”.

¿Que estoy contando mal el argumento de El Mercader de Venecia, de Shakespeare? Lo admito, me equivoqué en el nombre del prestamista, que en la obra original se llama Shylock. Lamento la confusión causada por esta imagen que tanto ha circulado en redes sociales:

Antes de que el Covid los alcance, ¡paguen!

Es el anuncio en el que Banco Azteca, de Ricardo Salinas Pliego, pide a los deudores que paguen antes de que el coronavirus les quite la vida. Es decir, que no se arriesguen a que, después de muertos, les embarguen el ataúd y cualquier cosa que las familias tengan. Porque las deudas son sagradas, cualquiera lo sabe.

Según Wikipedia, el nombre del personaje de la obra Shakespeare se usa en la lengua inglesa “como verbo: shylock equivale a prestar dinero con interés exorbitante”.

Ese mérito pronto lo tendrán Salinas Pliego y Banco Azteca: estarán en el Diccionario de la lengua española, no tarda la Real Academia en autorizarlo, como sinónimos de altos intereses. ¿Alguien lo duda?

El aliado de AMLO

Lo sorprendente es que Andrés Manuel, a quien no le gusta que se le relacione con seres tan desprestigiados como el banquero estrella de la dispersión de los programas sociales de la 4T, mantenga a Salinas Pliego entre sus asesores empresariales. Que no se queje el señor presidente de que la prensa fifí trate a diario de ensuciarle la imagen: ¡a López Obrador se la estropea su propio equipo!

La única ventaja para el presidente AMLO de tener amigos así es que se le invitará, ¡gratis!, al estreno en Broadway de El mercader de Venecia con el dueño de Banco Azteca en el papel central.