Pasatiempos mexicanos

Los cuatro deportes nacionales por excelencia son, en orden de mayor a menor popularidad, 

(i) la lucha libre,

(ii) el futurismo político,

(iii) la adivinación de cambios en el gabinete presidencial

(iv) el futbol.

El presidente AMLO ha tratado de imponer al beisbol como uno de los pasatiempos deportivos preferidos por la sociedad mexicana, pero ha fracasado.

Participo en tres de los grandes deportes nacionales, en dos de ellos —futurismo y cambios en el gabinete— como jugador y espectador, y en el otro, el futbol, solo como mirón en la TV.

Futurismo

1.- En Morena

Hay consenso acerca de que las dos opciones serias para Morena en 2024 son Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum.

También existe consenso acerca de que la opción de chiste del partido en el poder para las próximas elecciones presidenciales es Hugo López-Gatell; sin duda una mala broma, pero no nos confiemos: a veces el diablo se mete y castiga a los pueblos que se pasan de guasones.

2.- En la oposición

Aunque mucho depende de cómo se desarrollen las cosas en las elecciones intermedias de 2021, solo se habla, con seriedad, de dos aspirantes con algunas, no muchas, posibilidades de derrotar a Morena. El panista Ricardo Anaya, sí, el conocido Riqui Riquín Canallín que ahora mismo intenta volver a la actividad política, y el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, de Movimiento Ciudadano.

3.- Como chacota

En plan de vacilada se mencionan otros dos nombres de aspirantes de oposición: el de Gustavo de Hoyos, extitular de Coparmex, y el de Claudio X. González, quien cambió de juguete, esto es, abandonó el Mexicanos Contra la Corrupción y ahora se entretiene con Sí por México.

4.- El marido como lastre

Sería deseable una nueva candidatura presidencial de Margarita Zavala, pero se le están cerrando las opciones; ella misma, por cierto, se mete zancadilla porque no consigue dejar en casa, en silencio, a don Felipe Calderón, su cónyuge.

5.- La mala idea de meter a Corral

De alguna manera por mi culpa, un empresario tan importante como Ricardo Salinas Pliego destapó, sin querer queriendo naturalmente, al gobernador panista de Chihuahua, Javier Corral.

Por mi culpa, en efecto, ya que para molestar a Salinas Pliego jugué con el escenario de la toma de posesión de Corral en Palacio Nacional, algo que desde luego no veo posible, pero que, como en el caso de López-Gatell, podría convertirse en realidad si el señor de las tinieblas metiera la cola.

En vez de dejar ahí la cosa, Salinas Pliego utilizó su influencia en Twitter para, en primer lugar, atacarme —se lo agradezco, me regaló 48 segundos de reflectores—, y en segundo término para asegurar que Corral jamás llegará a la presidencia de México. Ya se sabe que cuando un hombre de negocios tan relevante niega las posibilidades de un político, estas crecen. Me aterra pensar que el señor Corral ya se vio, solo como consecuencia de los numerosos tuits del propietario de TV Azteca.

Cambios en el gabinete

¿Cuántas veces los periodistas, analistas y aun políticos hemos pronosticado la renuncia o el despido de Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación? Ella se lleva, fácilmente, el primer lugar en menciones cuando se especula acerca de cambios en el equipo de trabajo del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Lo peor, no pocas mujeres se alegran cuando alguien adivina que Olga dejará su cargo. En efecto, son las mismas mujeres que ven como un logro histórico que la segunda en la estructura política del siguiente gobierno de Estados Unidos, que encabezará Joe Biden, sea una persona del sexo femenino, doña Kamala Harris. No se dan cuenta de que eso, una señora en la segunda posición en la administración publica, ya es una realidad en México, con la exministra Sánchez Cordero en Gobernación.

El más reciente renunciado o despedido del gabinete es el secretario de Hacienda, Arturo Herrera. Este hombre negó tal versión, y lo hizo frente a su jefe, el presidente López Obrador. A la comentocracia le dio igual el desmentido: insiste en que Herrera se va, como hoy lo hace Roberto Rock en El Universal. Un columnista tan reputado no iba a repetir la hablilla de que habrá movimientos en Hacienda sin dar el nombre del sucesor: Rogelio Ramírez de la O.

¿Es verdad lo que afirma el señor Rock? No tengo la menor idea. Conozco a algunas personas que trabajan cerca de Andrés Manuel, pero ninguna me ha dicho nada en ese sentido. No descarto que se vaya Herrera y llegue De la O, claro que no. Tampoco descarto que sea puro chisme. Qué maravilla.

Roberto Rock también menciona que se irá del gabinete de AMLO la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto. Confieso que SDP Noticias fue el primer medio que mencionó tal renuncia o despido. Escuché el rumor y consideré que valía la pena publicarlo como nota. De inmediato alguien del primer círculo del presidente de México me mandó un mensaje de WhatsApp para decir que era pura tontería. Desde luego, se eliminó la información.

Ahora resulta que el columnista de El Universal asegura que la secretaria de Cultura se va. ¿Le creemos o no le creemos? Este deporte de pronosticar cambios en el gabinete es fantástico porque todas las preguntas se resuelven con la misma respuesta, la de Capulina: “No lo sé, puede ser, a lo mejor, tal vez, quién sabe….”.

Es un juego muy complicado el de anticipar los cambios que hará el presidente de México porque depende de informaciones de gente que quizá no está tan bien informada o que miente por intereses políticos.

Inclusive se da el caso —que no creo sea el de Roberto Rock— de que si el propio presidente AMLO, el único que puede decidir cambios en el gabinete, es el que directamente informa al columnista, ¡puede cambiar de opinión y dejar al pobre comentócrata como alguien sin acceso a las fuentes de primer nivel!

La novedad en la columna de Roberto Rock es que se va la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval. Mis respetos para el señor Rock: esta renuncia nomás no la veía venir.

No entendería que ella se fuera del gabinete de Andrés Manuel porque, a pesar de algunas declaraciones un tanto fuera de lugar, creo Irma Eréndira que ha hecho razonablemente bien su trabajo. ¿O será que Roberto Rock exija que ella se retire porque su marido, John Ackerman, un día sí y otro también se mete en líos, el mas reciente con Sabina Berman?

La señora Berman le dio lecciones de feminismo a don John, pero creo que el ya superado conflicto no da como para generar algo tan serio como un cambio en el equipo presidencial.

¿Descarto lo que dice el columnista de El Universal? Por supuesto que no, pero más bien sí. O sea, como Capulina, cuando de pronósticos de comentócratas se trata, “No lo sé, puede ser, a lo mejor, tal vez, quién sabe….”.