La intimidad y la distancia

Primero, una recomendación. Vale la pena leer el libro de Jorge G. Castañeda, Estados Unidos: en la intimidad y a la distancia. Interesante y ameno, como todo lo que escribe el autor, se esté o no de acuerdo con él.

En Milenio, su amigo Héctor Aguilar Camín dijo que la mencionada obra de Castañeda es un proyecto intelectual muy ambicioso: “Es el intento de ver a Estados Unidos desde dentro, por un autor que no es estadounidense, pero que tiene suficientes credenciales de conocimiento personal e intelectual de ese país como para intentar una visión distinta, cercana pero distante, familiar pero extranjera, del país más conocido y más desconocido del mundo”.

El papado intelectual

El que Jorge G. El Güero Castañeda vea a Héctor Aguilar Camín tan influyente como el papa Juan Pablo II no es un juicio desmesurado para agradecer el anterior comentario del columnista de Milenio, ni tampoco para mostrar aprecio por el espacio que le ofrece la revista Nexos, dirigida por Aguilar Camín —espacio que desde luego Jorge no quiere perder, ya que se ha quedado sin sus colaboraciones en Radio Fórmula y El Financiero.

Antes de continuar debe destacarse que salió de la radiodifusora de Jaime Azcárraga y del periódico de Manuel Arroyo no por presiones del gobierno ni de otros grupos de poder, sino por diferencias con la administración en un caso y, en el otro, por desacuerdos en materia de honorarios. Castañeda no me dejará mentir. Afortunadamente para El Güero, le está yendo muy bien con las ventas en Amazon de su libro — America Through Foreign Eyes, en inglés—, por lo que ya no debe extrañar lo que le pagaban tales medios de comunicación.

¿Aguilar Camín es el papa intelectual?

No solo Aguilar Camín; también, cito lo publicado por Castañeda en Nexos, “Krauze, Loret, y varios columnistas más”, entre ellos el propio Jorge G. Tales son, dice Castañeda, los papas intelectuales que derrotarán al comunista López Obrador.

¿Habla Jorge en serio cuando califica a AMLO de comunista? ¿Un escritor tan inteligente con un discurso fanático idéntico al de Gilberto Lozano, dirigente de FRENAA? Qué horror.

Pero pues sí, eso dice Jorge Castañeda en Nexos.

Las divisiones militares de Aguilar Camín, Loret, Krauze y Castañeda

Cito parte de lo publicado ayer viernes por Jorge G. Castañeda en Nexos:

√ Empieza recordando “la famosa exclamación de Stalin sobre el número de divisiones que tenía el papa”.

En 1943, en la Conferencia de Teherán, alguien —“Winston Churchill; el primer ministro de Sudáfrica, Jan Smuts; tal vez el propio Roosevelt— planteó que posiblemente convendría invitar al papa a la próxima conferencia o a cualquier arreglo de paz terminando la Segunda Guerra Mundial”.

√ “Ante eso, el dictador soviético habría preguntado: '¿el papa? ¿Cuántas divisiones tiene el papa?…”.

√ "Resultó, 40 años después, que un papa tenía muchas divisiones, tantas que echó a andar la avalancha que destruyó la creación de Stalin, a saber, la Unión Soviética y el bloque socialista”.

√ “Karol Wojtyla si tenía muchas divisiones; es decir, gente que le seguía, en su Polonia de origen, con fanatismo, con valentía, con devoción, con perseverancia, hasta derrocar al régimen socialista”.

√ Después de el anterior repaso histórico, Castañeda habla “de la intelectualidad mexicana” y su relación con el presidente AMLO.

√ “¿Qué es lo que nos dice López Obrador hoy con sus gráficas sobre los columnistas, con sus reacciones vitriólicas y desenfrenadas contra los intelectuales del país, contra los periódicos que lo critican, contra la prensa extranjera que en el fondo también forma parte de una cierta intelectualidad mexicana?”.

√ “Nos está diciendo que ha perdido a la intelligentsia y que lo sabe, y que no importa porque esta última no tiene divisiones”.

√ “Esa intelligentsia ya no la tiene López Obrador ni remotamente”.

√ “Pero parece no importarle demasiado, aunque tanta diatriba contra Reforma, Aguilar Camín, Krauze, Loret, y varios columnistas más, podría sugerir que en el fondo sí le importa”.

√ “Parecería que de alguna manera intuye, con ese gran olfato político que en efecto tiene, que en un país como México… lo que dice y piensa la intelligentsia, sí pesa”.

“Los intelectuales sí tienen divisiones”.

√ Los intelectuales son el círculo rojo que puso de moda Vicente Fox. El resto de la gente es el círculo verde.

√ “A la larga” el círculo rojo termina por influir en el circulo verde “a través de una serie de mecanismos complejos, en ocasiones insondables, casi mágicos”.

“¿Cuántas divisiones tiene la intelligensia mexicana? Quién sabe, pero en una de esas, muchas”.

La otra intelligensia

Desde luego, podría ocurrir, y creo que así son las cosas, que la intelligensia mexicana a la que hace referencia Castañeda tenga pocas divisiones o inclusive ninguna. En cualquier caso, las mismas que la otra intelligensia nacional, la de izquierda. No todos los escritores de México son conservadores como Aguilar Camín, Jorge G, Loret, etcétera.

En efecto, además de Nexos, Letras Libres, Reforma, El Universal, El Financiero, etcétera, existe La Jornada y numerosos espacios en redes sociales que se identifican con la 4T y AMLO.

Así que, en caso de enfrentamiento, ambas intelligensias, la conservadora y la liberal, se anulan. Creo que ambas, en la lucha política, son irrelevantes. Los políticos las utilizan como adornos. ¿O le sirvió de algo a Ricardo Anaya contar entre sus coordinadores de campaña en 2018 al destacado intelectual de derecha Jorge G. Castañeda? A pesar de su innegable superioridad académica respecto de Tatiana Clouthier (jefa de campaña de AMLO), en los debates la hija del Maquío invariablemente derrotó a El Güero.

Mi pronóstico sería de aburrido empate a cero entre la intelligensia liberal (partidaria de AMLO) y la intelligensia conservadora (enemiga de Andrés Manuel), pero el hecho de que los representantes de esta última se vean a sí mismos tan influyentes entre el pueblo de México como lo fue con el de Polonia el papa Wojtyla, me lleva a pensar que, por sangrones, los intelectuales anti-Peje seguirán perdiendo las batallas. Deberían bajarle tres rayitas a la opinión que tienen de sí mismos.

Sentirse tan importantes como el papa Juan Pablo II equivale a lo que decía aquel chico mamón: “las traigo muertas”, lo que era cierto, sin duda, pero solo en el caso de sus neuronas.