En La Jornada no colabora Raymundo Riva Palacio. Es decir, en el diario dirigido por Carmen Lira —tal vez la mejor periodista en la historia de México— nadie vuela inventando notas escandalosas.

La Jornada es un diario de izquierda cuyos extraordinarios periodistas han contribuido más que nadie a llevar a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México; entendámonos, ello ocurrió así no por preferencias personales, sino porque en esta etapa histórica le tocó a AMLO encabezar a las fuerzas progresistas en nuestro país.

Si La Jornada ha dicho que ha fallecido la “primera víctima de Covid-19 en el INER”, se trata de una información perfectamente verificada.

Lo que tenía que pasar, pasó. El muerto es “un hombre de 41 años sin antecedentes de viaje a alguno de los sitios donde circula el virus, se encontraba hospitalizado en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias".

Ahora bien, lo que no tenía que pasar tristemente se ha convertido en espantosa realidad: tanto el fallecido como otra persona muy grave internada en hospital privado, asistieron a un concierto el pasado 3 de marzo en el Palacio de los Deportes. El de "Los íconos suecos del hard rock Ghost", organizado por Ocesa.

¿Ocesa? La empresa que 10 días después organizó el festival Vive Latino, al que asistieron 115 mil 116 personas, 69 mil 331 el sábado 14 de marzo y 45 mil 785 el domingo 15.

¿Vive Latino? Sí, festival que Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud, no quiso cancelar. Dijo el funcionario que no era necesario y desarmó a la jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, quien ha trascendido tenía toda la intención de obligar a la empresa Ocesa a al menos posponer el multitudinario evento.

Para asegurar que no hubiese contagiados por coronavirus entre semejante multitud de más de 100 mil personas, el gobierno y la empresa "valoraron" a 42 personas en el módulo de atención médica “descartando en todos las sospecha de Covid-19”. ¡Solo a 42 hombres y mujeres! Se pasan.

No valía la pena tanta irresponsabilidad. Era imposible que los servicios médicos del Vive Latino detectaran entre decenas de miles a contagiados por el coronavirus.

Si en un concierto de menor tamaño el 3 de marzo hubo dos contagiados, en el festival mayor, el Vive Latino, ¿cuántos enfermos de Covid-19 asistieron? López-Gatell es bueno para las matemáticas epidemiológicas; que por favor responda con seriedad.

La excusa que dio Hugo López-Gatell para no cancelar el Vive Latino fue que no quería dañar la economía de los pequeños comerciantes que se hacen de algunos recursos vendiendo camisetas y diversos souvenirs en el festival.

Habría sido más sensato hacer un censo de vendedores informales para haberles entregado una cantidad de dinero. Sí, un subsidio y ya.

Ahora decenas de miles de personas que estuvieron en el Vive Latino pasarán días de terror esperando que se les desarrolle, o no, el Covid-19.

Lo mejor que pueden hacer quienes asistieron al festival es aislarse, cuidarse, seguir lavándose las manos, tomar paracetamol si les sube la temperatura y acudir al médico si acaso llegan a sentir malestares mayores.

Hugo López-Gatell estudió un doctorado en epidemiología en una prestigiada universidad de Baltimore, Estados Unidos. Pero, como en Salamanca, está claro que “Quod natura non dat, la Johns Hopkins non præstat”, es decir, la prudencia que le negó la naturaleza, el subsecretario no la aprendió en la reconocida institución de educación superior.