Solito, para su periodicote, con su monitor de Apple grandote, escribió su columna a publicarse este martes el periodista pequeñito.

Repitió lo mismo que dice en cada colaboración en El Universal, en cada programa en W Radio, en cada video de su plataforma gringa (ha sido más ruido que nueces, pero apantalla que su nuevo negocio posea aquella nacionalidad).

Larga soflama de prejuicios imperturbables, de ideas fijas, de nociones comunicacionales maniqueas, de complejos. Y al final, insultos y solo insultos en su columna.

No reconozco a Carlos Loret de Mola: periodista bien formado y con años de estar en la primera división, se muestra absolutamente ajeno a la objetividad que él sabe debería ser su bandera. Sin ninguna empatía hacia la mayoría de la población que apoya a AMLO porque al fin se siente escuchada, con miedo a que en redes sociales se le siga juzgando duramente por su mala leche, el columnista de El Universal vuelve a la carga: agresiones y más agresiones poco éticas contra Andrés Manuel.

Para Loret, el “análisis periodístico” es algo que confunde con la mentira y las descalificaciones.

Si alguien buscaba un contenido más menos razonable en su espacio de El Universal, se encontró con un berrinchudo haciendo numeritos. Si alguien buscaba al Carlos Loret de sus buenos tiempos –los tuvo, los tuvo– se topó con Loretito.

Los mismos insultos, las mismas calumnias, el mismo ataque vulgar al gobernante que le obsesiona, Andrés Manuel.

En fin, solo he adaptado algunos párrafos de la columna de este martes de Carlos Loret de Mola en la que, como ya es costumbre, injuria al presidente AMLO.

Una pena que alguien inteligente, con experiencia y con oficio periodístico como Carlos Loret se haya convertido en una mala copia de Ricardo Alemán