¿Saben Brozo y Carlos Loret qué novelas escribió Paul Charles Bourget? ¿Las han leído? Supongo que no. En mi caso, honestamente hablando, jamás había sabido nada de tal autor. Simplemente, buscando lo que significa la expresión “tono” encontré las siguientes palabras atribuidas a ese hombre: 

“En ciertos momentos, las palabras no significan nada; es el tono en el que se pronuncian lo que importa”.

Paul Bourget

Vi un video en el que aparecen los dos, Loret de Mola y Brozo, y no me gustó. ¿Qué les reprocho? El tono, el tono.

Lo que han hecho Brozo y Loret es una burla alegre —¿se puede decir “burla alegre"?— , en la que se ríen al diagnosticar lo que ellos piensan se ha hecho indebidamente en el combate a la pandemia del coronavirus y, desde luego, se notan felices con la única conclusión a la parecen llegar: nos va a ir muy mal a los mexicanos.

No voy a discutir los argumentos de Loret de Mola y Brozo, que podrían ser válidos. El problema radica en la forma en que los presentan: no como una invitación a la discusión racional, sino con ganas de burlarse, por anticipado, con el clásico: “¡Se los dije!”.

Como no están invitando al presidente AMLO, al subsecretario López-Gatell y a los colaboradores del epidemiólogo a debatir sobre posibles inconsistencias en las estadísticas de contagiados y muertos, entonces los encargados de pelear contra la pandemia van a ignorar lo que dicen Brozo y Loret. Una pena que la autoridad no los vaya a tomar en cuenta. En una de esas, si se hubieran planteado en otro tono, las críticas de ambos periodistas pudieron haber sido útiles. Tristemente, se quedaron en la categoría de los razonamientos estériles.

Eso sí, quien no posea mayores conocimientos acerca de lo que es una pandemia —y además vea el video de Brozo y Loret—, simple y sencillamente entrará en pánico, lo que complicará aún más las cosas ya bastante complicadas en México.

No se vale, menos aún si lo hacen escudados en el rollo más bien cursi de que solo practican un periodismo libre, sin censura, audaz y al que no le importa si molesta, o no, al poder.

Tal discurso creo que puede ser aceptable en el caso de Brozo. A Loret, así lo pienso, de plano no le queda.

Antes de jugar al prócer del periodismo el talentoso Carlos Loret de Mola debería tomarse la molestia de analizar con rigor y objetividad su situación, y trabajar para superarla, algo que no conseguirá con unas cuantas columnas o videos pasados de tono.

Loret es muy inteligente, me consta; así que no le costará trabajo encontrar útil, para entenderse a sí mismo, el bolero “No te importe saber” del cubano René Touzet, en especial aquello de “porque tengo un pasado”.

Un pesado pasado, atribuible solo a él mismo. Así que tendrá que hacer muchos méritos antes de pedirle a la opinión pública que no le importe su biografía. "En la vida es preciso saber esperar y callar..." "para al cabo alcanzar lo que siempre anheló el corazón". 

Todos tenemos un pasado, querido Carlos, que nos da y quita credibilidad. El apunte vale para todos los otros actuales mártires de la libertad de expresión —Hiriart, Riva Palacio, Marín, etcétera— quienes normalmente olvidan que tienen biografías, no muy luminosas que se diga, ampliamente conocidas y que, de plano, los condenan. Me incluyo: nuestras biografías a todos nos condenan.

¿Periodistas absolutamente limpios porque en el actual sexenio nadie les molesta —tampoco se las da nada? No se les vio cuestionando el fraude electoral de Calderón ni su guerra contra el narco, ni denunciando las atrocidades de otros presidentes. Estaban en su derecho al no hacerlo, lo comprendo. Pero son historias que descalifican y en cierto sentido convierten en inmoral la saña con la que se refieren a lo que hace el actual gobernante de México.