No soy experto en estos temas, pero durante años me he visto obligado a tratar abogados fiscalistas y contadores. Lo que voy a decir quizá está equivocado en los detalles, pero creo que no en el planteamiento general. Si alguien con mayores conocimientos me corrige, lo agradeceré.<br>

√ El presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho que buscará la ayuda de 100 empresarios.

√ ¿Ayuda? Sí, para la rifa del avión.

Cada empresario podría adquirir 40 mil boletos de la Lotería a celebrarse en septiembre, dijo AMLO.

√100 multiplicado por 40 mil es igual a 4 millones de boletos o cachitos.

40 mil boletos de 500 pesos cada uno son 20 millones de pesos.

√ Es decir, 20 millones de pesos es lo que tendría que desembolsar cada empresario de los 100 que AMLO piensa colaborarán para hacer exitosa la rifa.

√ Pero, un momento… No son 20 millones los que desembolsaría el empresario o la empresa que comprara 40 mil cachitos. Hay costos adicionales.

√ Para empezar, ese no sería un gasto deducible para la empresa o el empresario.

√ En una empresa con varios socios, el gasto de 20 millones de pesos para la compra de 40 mil cachitos de la Lotería necesitaría el consenso, más o menos fácil de conseguir, de los accionistas que, por ser unos cuantos, sin mayor problema podrían ponerse de acuerdo.

Una empresa que cotice en el mercado de valores, especialmente en el de Estados Unidos, no podría ayudar al presidente López Obrador adquiriendo 40 mil cachitos. A la compañía le resultaría imposible justificar tal gasto, lo que le metería en muy serios problemas.

Si la empresa regalara los 40 mil cachitos a sus empleados, tendría que considerar el hecho de que se trataría de un ingreso en especie acumulable para el trabajador, lo que llevaría a este a pagar más impuestos. Así que, para que el empleado recibiera como regalo el boleto de 500 pesos, debería recibir el cachito más unos 150 pesos para el pago del ISR.

√ Si el empresario paga los 20 millones de pesos de su bolsa, en realidad le estaría costando más de esa cantidad, ya que ese dinero tuvo que haber pagado impuestos antes de que lo recibiera para su uso personal.

√ Si los socios de una empresa decidieran decretar dividendos para comprar los 40 mil boletos, tal proceso terminaría por costarles más de los 20 millones que entregarían por los cachitos.

√ En el caso de las fundaciones empresariales, difícilmente habrá alguna que tenga en su razón de ser la compra de billetes de Lotería ya sea para fondearse o para regalarlos a los pobres. Así que los 20 millones no tendrían el efecto de la deducibilidad.

√ En fin, son simples reflexiones basadas en lo poco que sé de impuestos y finanzas. No busco desanimar a nadie, sino más bien pedir a los empresarios que hoy se reunirán con Andrés Manuel, que desde muy temprano pongan a sus contadores y abogados a hacer la tarea para llegar con propuestas que hagan posible apoyar la rifa del avión sin que les cueste más de lo que valen los cachitos.

El presidente López Obrador también debe poner a pensar a los técnicos del SAT y de la Secretaría de Hacienda para que encuentren la fórmula —por elemental justicia— de que cualquier peso que los empresarios inviertan en cachitos les cueste solo ese peso y no un porcentaje adicional en impuestos por pagar o ya pagados.