El pasado viernes 23 de octubre, la revista Forbes anuncio que el español Amancio Ortega Gaona, creador de la marca de ropa Zara, se convirtió en el hombre más rico del mundo, superando al cofundador de Microsoft Bill Gates, y al mexicano Carlos Slim, aunque el trono le duró apenas unos minutos.

La fortuna del empresario español alcanzó al mediodía del pasado viernes los 72,330 millones de euros, (unos 79 mil 600 millones de dólares por su revalorización en el mercado cambiario) porque las acciones de Inditex marcaron su precio máximo histórico y Ortega es propietario de casi el 59.3 por ciento del gigante textil.  

Sin embargo, poco más tarde el titulo de la empresa textil bajó levemente, devolviendo el trono del hombre más rico del planeta a Gates.

El emporio empresarial de Amancio Ortega tuvo su origen cuando el textilero español empezó a fabricar batas de señora con su entonces esposa, Rosalía Mera, en un taller de A Coruña hace más de medio siglo, en una empresa que se llamaba GOA (las iníciales de Amancio Ortega Gaona, en sentido inverso).  

La visión empresarial de Ortega, le hizo intuir las ventajas de la venta directa de sus productos, por lo que en 1975 decidió comercializar directamente la ropa que fabricaba, abriendo la primera tienda de Zara en A Coruña. El éxito de Zara fue tal que permitió que se abrieran nuevas tiendas en las principales ciudades españolas. Para 1977, GOA y Samlor, inauguran en Arteixo, cerca de A Coruña, las primeras fábricas de Zara y para 1984 se abre el primer centro logístico del corporativo y un año después se funda Inditex como la empresa holding del grupo, saliendo en 2001 al mercado bursátil, acciones de la textilera .

La enorme fortuna acumulada a lo largo de los años por Ortega, no solo se debe a su gran capacidad empresarial, que sin duda la tiene; pero también existen otros factores, como el hecho de que los empleados de la empresa textil española trabajen por menos de 50 euros al mes, hasta 50 horas a la semana en condiciones laborales muy deficientes, sobre todo en los lugares donde se ha expandido el corporativo, para el maquilado de sus prendas como es el caso de Bangladesh.

El derrumbe de la fábrica Rana Plaza, en Bangladesh, que arrojó un saldo de mil 138 muertos y alrededor de 2 mil 500 heridos, en 2013 dejó al descubierto también las malas condiciones laborales en que tenían miles de costureras, de la industria textil, que a diario maquilaban millones de prendas de vestir para poderosas firmas de occidente, entre ellas Zara- Inditex.

Entre los escombros del inmueble colapsado, en Bangladesh, se encontraron etiquetas y documentación como de las españolas el Corte Inglés, Mango y Zara, C&A, Kik y WallMart.             

Las grandes inversiones que se hacían en Bangladesh, por parte de poderosas empresas textiles de occidente, era porque en el país asiático antes de la caída del complejo industrial Rana Plaza, ostentaba el peor salario mínimo del mundo (aproximadamente 457 pesos al mes).

Después del derrumbe del centro textil los trabajadores de Bangladesh pugnaron por mejoras salariales y tener más justas condiciones laborales, por lo que el salario mínimo en ese país aumentó 77 por ciento alrededor de 50 euros al mes, lo que provocó un aumento en costo de producción de los corporativos extranjeros, por lo que muchos de estos decidieran invertir y explotar mano de obra en África.             

La industria textil mexicana ha sufrido daño económico por el comercio desleal, contrabando, de prendas de vestir provenientes de China, Vietnam y otras naciones, pero también por las prendas textiles provenientes de países con los que México tiene tratados o acuerdos comerciales, que también  introducen sus mercancías de forma fraudulenta para pagar menos impuestos. Ejemplo de lo anterior es la empresa Zara Inditex.

En el año 2003 la Dirección General de Aduanas detectó que Zara Indetex, venía introduciendo a México mercancía maquilada en China con documentos falsos para hacerlas aparecer como originarias de la Unión Europea (hay un tratado de libre comercio entre la Comunidad Económica Europea y México), con lo que evadían el pago de aranceles y cuotas compensatorias, así la empresa española sólo pagaba un 5 por ciento de aranceles, cuando debían de ser del 35 por ciento, lo que ocasionaba un daño muy grande a la hacienda del país y también dañaba a la industria textil mexicana, golpeando de paso a la planta laboral del ramo.  El gobierno de Fox suspendió la investigación y se llegó a una negociación con la empresa española y sin ninguna sanción para ésta.   

Las prendas de vestir de Zara Inditex se introducían al país por medio de Soriana que es precedida, por el empresario hispano mexicano  Martín Bringas. Las importaciones de estos textiles eran a través Incana y Diseño Textil Holding y luego se vendían y se siguen vendiendo en las  208 tiendas de Zara que hay en México.

Zara ?Inditex dejó de maquilar en China debido a que los costos laborales, subieron y las exigencias de una mejora de condiciones laborales, para los trabajadores chinos.

La pregunta que debiera hacerse al gobierno mexicano es: ¿Cuántas de estas prendas maquiladas en el país asiático estarán en México y gozando de preferencias arancelarias debido a los tratados comerciales que hay actualmente?    

La gran fortuna que ha amasado Amancio Ortega Gaona, en los últimos años, paradójicamente lo hace en un país que actualmente enfrente una grave crisis económica, con un alto índice de paro o desempleo, mientras que este industrial busca en países emergentes para maquilar sus mercancías, en lugares del mundo donde se pueda explotar salvajemente a la mano de obra.