Para acabar pronto, Quadri estuvo en su elocuente papel de representante de Elba Esther Gordillo: Atacar a AMLO y a “los políticos” (siendo él mismo uno más de ellos y de los peores) para arañar algunos puntitos que le den al PANAL su registro. Este muchacho haría algo mejor si no representara a quien representa. Lástima. Tal vez se merezca una plaza del SNTE.

AMLO tuvo un inicio apacible y tanto Peña como Vázquez, a tono con la campaña, pretendieron ignorarlo. Sin embargo, en gran parte de la duración del debate logró imponer su dinámica aislando a Josefina y arrinconando por momentos a Peña. Y lo logró a través de tres canales fundamentales: 1. Establecer su diagnóstico del país así como sus propuestas de gobierno.  2. Exhibir a quienes a través de los medios y la mercadotecnia tratan de imponer a Peña Nieto como presidente del país, así como al propio Peña. 3. Llevar al priista a un enfrentamiento directo.

López Obrador logró su propósito de involucrar en su estrategia a Peña y le ocasionó varios estragos en relación algunos asuntos como: los 700millones de pesos pagados por Peña a Televisa para difusión de su imagen; Montiel-Bejarano-Ponce y el hecho de que los dos últimos fueran procesados y el primero no y que siendo Peña secretario de administración de Montiel aún pudiera ser candidato presidencial; los Compromisos incumplidos de Salinas-Peña;  la tarjeta Efectiva utilizada para comprar votos en la campaña de Eruviel Ávila; un millón doscientos mil pobres en el Estado de México; cobro de los segundos pisos… Cuando Peña desatinaba en sus ataques o defensas, trató de salir de ese enfrentamiento volviendo a la tónica de argumentar casi exclusivamente con Josefina en relación a las mentiras y verdades de ambos. En este enfrentamiento, AMLO exhibió brillo y experiencia.

Vázquez Mota continuó con la letanía increíble de justificarse como alguien “diferente” siendo ella la candidata del régimen vigente, no una de oposición. La retahíla cansona es la misma de su campaña, la cual la ha dejado reiteradamente afónica. Su estrategia de evidenciar a Peña le falló una y otra vez, siendo éste quien la exhibiera por sus ausencias y cobros indebidos cuando fuera diputada.

Peña Nieto se delineó por un guión aprendido. Procurando no despeñarse. Respondiendo bien a Chepina pero sin lograrlo con López Obrador, quien le arrinconó y propinó buenos descalabros sobre los asuntos arriba mencionados. Peña llegó al punto de tartamudear y cambiar las palabras o su sentido, como decir “Mi pobreza es…”, “Quiero ser clara…”. Tuvo también un manejo inadecuado de los tiempos. Lo exhibido por Peña lejos está de asegurarle el triunfo en la elección tal cual pretenden sus apologistas y patrocinadores.

Desde la perspectiva de las expectativas previas al cuestionado primer debate -su formato y contenido rígidos-, el estado actual de las encuestas y el desarrollo mismo del debate, Andrés Manuel López Obrador ha sido el ganador.