Al Niño Verde, con cariño y respeto.

 

Retornaron las protestas legítimas y pacíficas de los jóvenes. Los estudiantes volvieron a tomar las calles. Luego de suficientes décadas se vuelve a hablar del sector estudiantil. La juventud salió del letargo. Por fin.

 

Celebro el completo despertar de México.

 

Del mismo modo ha vuelto el viejo y anacrónico discurso tricolor; el que pretende restarle importancia a las manifestaciones, válidas y entendibles, en su contra. Pretenden las lenguas ponzoñosas priistas desacreditar las consignas coreadas, por miles de gargantas indignadas, en muestra de repudio a las atrocidades cometidas por el PRI, eternamente siniestro, siempre espeluznante.

 

Es el PRI de ayer, el PRI de hoy, el PRI de siempre. No ha cambiado en lo más mínimo.

 

Imposible. Los integrantes del Revolucionario Institucional consideran inimaginable que los universitarios tengan las facultades mentales y políticas para organizar protestas sin la necesidad de ser controlados, manipulados. Ese partido famoso por las alimañas que lo conforman insulta la inteligencia de los alumnos de la Ibero, de la UNAM, del Poli, del Tec, de la Anáhuac, del ITAM, de la UAM, entre otras instituciones académicas de prestigio.

 

Creen que somos imbéciles (estudio en la Universidad Iberoamericana).

 

A lo largo de las décadas, cuando los estudiantes se movilizaban contra el tricolor, cuando este último mal gobernaba este país, salían dirigentes del partido, gobernantes, a asegurarle a la ciudadanía que los jóvenes habían sido manipulados; que detrás de ellos anidaban fuerzas políticas e intereses electorales que impulsaban las protestas.

 

Hoy repiten ese mismo discurso.

 

No pueden concebir los priistas que los jóvenes somos capaces de formular nuestras propias peticiones; manifestar nuestras legítimas inconformidades; expresar con libertad nuestras ideas. Sin embargo, se equivocan. La juventud puede eso y más.

 

Tan somos capaces de mucho más los universitarios que nos encargaremos de que Enrique Peña Nieto, candidato del PRI a la Presidencia de la República, no obtenga la victoria durante los próximos comicios federales.

 

Se sorprenderán. Les va a doler. Ni hablar. No se merecen el poder. Jamás se lo merecieron. Por eso nunca han sido electos democráticamente.

 

A crear conciencia.