En estrategia política existe un mecanismo para conocer y anticipar las distintas reacciones de la población frente a una acción del gobierno, o bien para conocer las reacciones a las líneas discursivas o posicionamientos de una administración. Se le conoce como “globos sonda” y permite observar el nivel de aceptación o rechazo de las medidas políticas o económicas que ese gobierno pretende imponer en concordancia con su proyecto de país.

Suena fácil pero no lo es. Desplegar estos “globos sonda” tiene sus riesgos y por ello se suelen utilizar en regiones, segmentos o nichos concretos, para permitir una mayor contención en caso de que la información recabada por ese globo resulte en un rechazo generalizado y llegue a obtener la suficiente resonancia mediática; en tal caso, los expertos recomiendan que se debe tener cuidado en cómo comunicar que se está dando marcha atrás a ese planteamiento.

Intentar medir el impacto de algún elemento estratégico de un plan de gobierno se convierte en una información muy valiosa que habilita la puesta en marcha de ese elemento estratégico, para medir si hay indiferencia, aceptación, rechazo. ¿Cómo lo tomaría la mayoría de la población? De estos datos podrían salir la aplicación de la medida o nuevos planteamientos de políticas públicas. Son experimentos sociales, por eso se busca realizarlos en espacios o territorios reducidos para después realizar inferencias sobre la reacción del grueso de la población.

En Baja California, la llamada “Ley Bonilla” no solo atañe a ese estado. Del estudio de dicha situación y su desarrollo se podrían desprender discursos y acciones que pasan por la revocación de mandato y hasta la posible propuesta de reelección de Andrés Manuel López Obrador. No es exagerado pensar en un posible planteamiento de este gobierno para destruir uno de los mitos fundacionales de nuestra joven, pero atrofiada democracia; el del “sufragio efectivo, no reelección”.

El proceso de comercialización de la propiedad de Zhenli Ye Gon fue “vendido” a la audiencia como un recurso para apoyar a los atletas de alto rendimiento que, a pesar de las omisiones y yerros de la CONADE, trajeron buenos resultados. Esta acción podría ser un antecedente que refuerce la estrategia de extinción de dominio en capitales o propiedades de cualquier señalado en incurrir en un delito sin necesidad incluso de una sentencia judicial, casi por la sola sospecha.

De acuerdo con notas periodísticas el ciudadano que en su casa “guardaba” 250 millones de dólares en efectivo está haciendo uso de su derecho para interponer un amparo ante la venta de la casa, a pesar de que un empresario regiomontano ya pagó al gobierno 102 millones de pesos por dicho inmueble. Pero el tema no es si al gobierno se le “empantanará” o no esta operación inmobiliaria, donde se debe poner atención es que se está “testeando” cómo aceptaría la población una posible legislación que permita al gobierno mayor capacidad (discrecional) para iniciar investigaciones que resulten en el incautamiento inmediato de propiedades o capital, lo que de origen no está mal si no fuera por el hecho de que estas “investigaciones” se podrían dar más que en auténticos delincuentes, en detractores y opositores del gobierno. Entusiastas como Fernandez Loroña, Gibran Ramirez y el español Abraham Mendieta, harían mil maromas y aplaudirían a rabiar ante expropiaciones disfrazadas de legalidad. La cuestión para la 4T sigue siendo cómo “vendérselo” a la opinión pública para que dicha medida concite mayor apoyo.

Los globos sonda permiten evaluar cada tema en cada grupo y con base en el análisis buscar rutas discursivas de mayor efectividad para la causa u objetivo de la administración. Pero el peligro no es sólo una posible reacción contraria a lo que se busca, es que algunos de estos globos sonda lastiman a mucha gente desde el primer minuto de su lanzamiento: ¿Cómo reaccionará la gente si despedimos a burócratas a granel? ¿Qué pasa si dejamos que haya desabasto de medicinas por un tiempito?

Comedores comunitarios, becas, cultura, estancias infantiles, servicios de consulados, prensa y un largo etcétera, son solo algunos damnificados inmediatos de estos sondeos. La niña que murió por falta de medicinas, es la muestra perfecta de que esta manera de hacer política, de “probar” si funciona algo, puede llegar a ser criminal.

Pero lo peor es que durante todos estos meses de sondeos, de acciones que han lastimado ya a la sociedad, no existe una oposición visible, mucho menos cohesionada, articulada y proactiva. ¿Porqué la oposición no está lanzando a su vez globos sonda para analizar cómo tomaría la gente una posible campaña seria e institucional sobre la revocación de mandato frente a la ineptitud exhibida estos meses, y cómo se podría llevar a cabo y qué mecanismos se requieren?

La oposición requiere ponerse al día de lo que pasa en Venezuela. Allá entendieron, 20 años después, que cuando los demócratas se dispersan, gana el autoritarismo.