Se ha iniciado el proceso en el que el Consejo General de la UNAM conocerá a detalle y con explicaciones ampliadas los proyectos que tienen para mejorar la institución cada uno de los aspirantes a suceder al Dr. José Narro Robles en la rectoría de la máxima casa de estudios de la nación.
Comparecerán dos aspirantes por día hasta conocer los proyectos de cada uno de los inscritos para competir en esa importante aplicación para llegar a dirigir el más importante centro educativo del país hasta que hayan sido examinados todos los aspirantes.
Los analistas del fenómeno sucesorio que vive la UNAM aseguran que son finalistas de esa carrera Sergio Alcocer, considerado favorito de la cátedra; Rosaura Ruiz, que está a punto de meter un fuerte ruido en este proceso por su cercanía con la gente de Elba Esther Gordillo y el prospecto de Juan Ramón de la Fuente para seguir manejando la más importante institución educativa de México, tanto histórica como académica y políticamente, que es el director de la facultad de Medicina Enrique Graeu Wiechers.
El ruido para este proceso tan importante de la UNAM Rosaura Ruiz radica en el tenebroso perfil de su estratega Fernando Macías.
La académica Rosaura Ruíz, quien tiene una definición ideológica de claros tintes izquierdistas, efectivamente tiene como promotor al tormentoso aprendiz de estratega y comunicólogo ultramañoso de Elba Esther Gordillo, Fernando Macías Cué.
Reporte Índigo, en una nota fechada el 3 de diciembre del año pasado, retrata la fallida estrategia de Macías como jefe de comunicación de Miguel Ángel Mancera.
Dice la nota:
?El 31 de diciembre es el plazo para que salga el equipo que acompañó a Fernando Macías Cué en su paso por la coordinación general de Comunicación Social. (Del Gobierno del DF)
Mientras tanto, la cara visible que convoca y atiende a los medios en los eventos es Ella Grajeda, la directora de información.
Así fue el acuerdo que se pactó entre el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, y su ex vocero, quien desde el pasado viernes soltó las riendas en materia de comunicación social.
Fernando Macías, quien se convirtió en la sombra que aparecía detrás del jefe de Gobierno Mancera en casi todas las entrevistas, llegó al GDF con un grupo de colaboradores compacto.
Entre ellos está Óscar Hernández, quien operaba la relación con columnistas y titulares de espacios de información, y Ella Grajeda, cuya misión era atender las peticiones cotidianas de los reporteros de la fuente.?
Macías es un personaje que hace más grilla que comunicación, se metió hasta la médula del estilo de Elba Esther Gordillo de la manipulación de la información.
Ya ha pisado terreno Puma cuando estuvo en el área de actividades deportivas y recreativas.
Pero lo trascendente de la presencia de Fernando Macías en el proceso de sucesión de la rectoría de la UNAM es que logra conjuntar corrientes como la puritana y súper ególatra como la del ex rector Juna Ramón de la Fuente, como la de Julia Carabias y Enrique del Val, con el siniestro antecedente del manejo de la educación y la manipulación de los medios a favor de un control caciquil de las instituciones educativas que Macías aprendió de Elba Esther Gordillo.
No es un elemento menor este Fernando Macías en la pugna que insisten en enrarecer De la Fuente y Rosaura Ruiz, ya que la ex esposa del saliente secretario de educación del estado de Guerrero, Salvador Martínez de la Roca, cargo en el que se despachaba con un sueldo superior al medio millón de pesos cada tres meses, está acercando las condenables prácticas del SNTE de Jongitud y de Gordillo, al seno de la mismísima comunicación social de la rectoría de la UNAM.
Y los perjuicios que ello atraería para la institución no se agotarían en los reductos de columnistas y gacetilleros como los que acostumbra ?trabajar? Fernando Macías, sino que su poder contaminante de las áreas académicas y de investigación de la UNAM.
¿Acaso no sabes por dónde andas, Juan Ramón de la Fuente?
¿Será posible que por la vía de Macías el estilo SNTE llegue a la UNAM de la mano de Rosaura y Juan Ramón?
Todo indica que ese escenario catastrófico no está totalmente descartado en el futuro de la UNAM.
Esperemos.