<br>Quien juega con dos barajas, guarde ases en la faja

Refrán

Nunca es demasiado temprano para empezar el juego de la sucesión presidencial. Hasta este momento hay dos personajes de la 4T que han figurado desde el primer día y han ido manteniendo su presencia en medios y en el sentir ciudadano. Sí, Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum. ¿Pero son las únicas cartas en la baraja presidencial? Creo que el presidente hará bien en buscar más candidatos.

En principio podría mirar entre su círculo más cercano como es su gabinete y miembros de Morena; después entre los legisladores y gobernadores emanados de su partido; y en última instancia alguien de la oposición, pero cercano. ¿Hay opciones? Hoy este ejercicio de política no tan ficción solo tomará en cuenta algunos de los cercanos al gobierno de López Obrador. Habría que repetir el juego con los posibles de la oposición (costará trabajo).

 

No se hagan bolas

El “dedazo” presidencial para señalar al próximo candidato funcionó perfectamente hasta Miguel de la Madrid. Con Salinas empezó a tener fallas el sistema, pues si bien primero eligió a Colosio, el mismo innombrable causó demasiado ruido al darle tanto juego a Manuel Camacho y su frase “no se hagan bolas” hizo que todo el aparato político se volviera un desgarriate.

Zedillo lo tuvo claro. Su sucesor no sería un priista y dejó por primera vez que las fuerzas del telúrico PRI decidieran el candidato del partido. Fox y Calderón no quisieron a su candidato, mientras EPN escogió al mejor estratega pero nunca lo apoyó cómo candidato.

 

Andrés Manuel, desde que fue jefe de gobierno de la Ciudad de México, utilizó la máxima de “lo que diga mi dedito”. No será extraño entonces que en su momento sepa por quien decantarse entre los posibles presidenciales. Hagamos un recuento que podrá aumentar o decrecer en los próximos años:

 

Actualmente Baja California (J. Bonilla), Ciudad de México (Sheinbaum), Chiapas (Rutilio Escandón), Morelos (C. Blanco), Puebla (M. Barbosa), Tabasco (A. Augusto) y Veracrúz (C. García) cuentan con gobernadores emanados de Morena. Hasta el momento la única que figura como presidenciable es Claudia Sheinbaum. ¿Cuitláhuac o Cuauhtémoc?... Le falta experiencia al primero y el país tendría muy serios problemas de quedar en manos del segundo. Ya se verá si en el 2021 arroja algún otro gobernador candidateable.

 

Porfirio Muñoz, demasiados años; Batres, Monreal, Delgado y Fernández Noroña, peleoneros, berrinchudos y lograron un desaseo legislativo digno de países menos democráticos.

 

No hay. Simplemente no existe quien pudiera atisbar la posibilidad de ser candidato de nada. La misma presidenta ya dijo que deja el partido si López Obrador se va. Acepta de facto que Morena vive por el presidente y habla de su nulo compromiso con la militancia.

 

Gabinete

Ebrard ya se ha mencionado. El “presidente” en política exterior tiene todo el apoyo de Andrés Manuel y también los reflectores sobre de él.

Arturo Herrera tiene aún mucho que demostrar y sólo un manejo de las finanzas nivel David Copperfield podría ponerlo en el candelero.

La secretaria de economía, Graciela Márquez, sería despedazada por los empresarios (con razón) al cerrar oficinas de representación de México en el extranjero y que hasta ahora no se le ha visto en ningún momento, ni en el problema de los jitomates (mejor se vio a Quirino Ordaz de Sinaloa) o en el nuevo arancel de acero (no ha hecho UNA sola reunión con los productores mexicanos). Todo quedó en SRE.

Luisa Ma. Alcalde Luján en Trabajo ha dejado mucho que desear y eso que maneja uno de los programas insignias de la presente administración.

¿Román Meyer Falcón? Egresado del Tec de Monterrey (arquitecto) y con una maestría en Barcelona, secretario de SEDATU es de las pocas cartas del actual gabinete que de forma callada pero continua está haciendo su trabajo.

Bien visto en el gremio y también por la intelectualidad del país (por su padre Lorenzo). Román puede llegar a ser ese “as” escondido.

 

De forma callada realiza acciones que podrían ser cacareadas y con ello conseguir los reflectores. Pero fiel a un estilo de acciones sin ruido, Meyer está trabajando tanto en dar toda la información de las corruptelas de la estafa Maestra por el paso de Robles por la SEDATU, pero como él mismo dice, la parte principal es reformar la secretaría y lograr que no sea sólo un ente gubernamental encargado de la normatividad. También de volverla práctica y apoyar con arquitectos, ingenieros y especialistas en la materia en construcciones (más de 1,500 acciones de vivienda por el sismo del 2017 a realizar). Su relación con el Infonavit, que dirige Carlos Martínez, es muy buena y ello evidencia capacidad de trabajar en equipo.

La SEDATU tiene que laborar de manera conjunta y en una coordinación perfecta con diferentes instancias y niveles de gobierno. Hasta el momento, gobernadores y colegas de gabinete por igual ven en Román a alguien dispuesto a escuchar y buscar las mejores soluciones.

Dentro de lo complicado que tendrá esta administración será conseguir los permisos, la tierra y los mejores proyectos para las tres grandes obras que quiere el presidente. El tren maya, el aeropuerto de Santa Lucía y Dos Bocas. Hasta ahora es el único secretario que estando en todos estos peliagudos asuntos no ha sacado raja política y que ha tratado de ofrecer soluciones viables, factibles y que tengan el menor impacto ambiental. No siempre es escuchado, pero sabe fijar su postura.

 

Son menos de cinco años los que tienen para mostrar su valía y posible encarte en la baraja de López Obrador rumbo al 2024. Menos de cinco pues en enero del 24 ya tendría que haber candidato/a. Por ende, es momento de ver el trabajo de todos ellos para saber cuál podría ser la mejor opción. La casa juega, y se aconseja no perder de vista la carrera política y actuación de Román Meter Falcón, ese joven servidor público de apenas 37 años de edad.