A finales de los años 70 Jesús y Socorro con tan solo 22 años y recién casados buscaron un producto para vender y eligieron los lácteos como algunos tipos de quesos y cremas, con sus ahorros lograron adquirir un pequeño local dentro del mercado central y empezaron a traer a Guerrero productos desde el estado de Chiapas primeramente pagando bajos fletes para un par de años  después lograr comprar dos camionetas , una para la ruta local y otra para viajes de 20 horas por toda la costa para traer más producto .

Conforme pasaron los años y el esfuerzo de su trabajo y constancia de levantarse de Lunes a Sábado de madrugada para poder llevar un producto fresco a las puertas de las casas "La Vaquita", como bautizaron a su pequeño negocio, dejaba de ser solo un proyecto de jóvenes a convertirse en una empresa constituida con una gran cartera de clientes ya en el estado que anualmente movía el suficiente dinero como para emplear y dar sus debidos beneficios a un par de decenas de trabajadores que con lo que ganaban podían darle los necesario a sus familias como educación, comida y vivienda .

Pareciera una épica historia de emprendedores pero no lo es, una mañana las primeras planas del periódico local anunciaban la llegada de cadenas nacionales de supermercados que venderían los mismos productos que Don Chuy solo que empaquetados, etiquetados y por ser obtenidos por mayoreo con un precio más bajo. Con el pasar de los años solo conservaban un 30 ? de las ventas de aquellos años de gloria y no fueron sus vecinos en el mercado los que le quitaron ese porcentaje de ventas sino el mismo gobierno. Los supermercados se multiplicaban cada vez más cerca de sus locales y mercados municipales, haciendo una competencia no sana y sumándose a eso apareció el primer Oxxo en la ciudad viniendo a rematar lo anterior, multiplicándose en cada colonia o esquina. Aquella empresa formada de la cultura del esfuerzo y del privilegio nunca consiguió tener como aliado al gobierno y cada vez que se podía obstaculizar su progreso venían más cosas como cuando aquella vez otra vez los periódicos lanzaban un desplegado mencionando quesos intoxicados en la ciudad, donde los más afectados fueron Don Chuy y sus compañeros comerciantes que perdieron el suficiente dinero en mercancía perdida como para muchos cerrar sus negocios , años después supieron que el gobernador interino de ese momento había visto en el negocio de los lácteos buen movimiento de capital y decidió entrarle no sin antes por medio de salubridad golpear a los que ya se dedicaban a esta actividad. El final ya todos los mexicanos lo sabemos, Don Chuy vivió cobros de piso por el narcotráfico, aumento de violencia , impuestos y trámites que hoy cualquier persona que quiere empezar un negocio en México tiene que pasar, políticas económicas que solo benefician a un pequeño sector de la población y detienen al que trabaja , pero también un sector de la población que demuestra que su estómago tiene dignidad y por nada del mundo se sumaría a ese porcentaje de población de delincuentes organizados que crece desesperadamente por falta de oportunidades o ser parte de una burocracia parásito que roba con mucha clase a diferencia de otros. 

Lo anterior es verídico y le ha pasado a muchas familias mexicanas y como esta historia existen muchas derivadas de una mala planeación económica que repito, solo beneficia a unos pocos y hunde a muchos.

Los meses que viví en Chiapas además de los movimientos sociales en San Cristóbal pude ver cómo en algunos pueblos completos con machetes en mano se oponían a la entrada de estos supermercados y al final tenían que construirlo sobre carretera muy diferente a Guerrero porque en Acapulco y Chilpancingo nadie se opuso en su momento cuando comenzaban a anunciar estas cadenas de supermercados sumado a esto que muchos comerciantes y hasta mercados municipales completos han cerrado por amenazas del crimen organizado y también por clientelismo y nepotismo de sus gobiernos, sin mencionar a las miles de tienditas de la esquina que han tenido que cerrar por la apertura de un Oxxo.

Se necesita de una cultura que invite al consumidor a visitar sus mercados locales pero sobre todo que el gobierno agilice los trámites para formalizar negocios y disfruten de los mismos beneficios que tienen los que ya se encuentran en la competencia y con el IVA al Oxxo esperemos la gente compre más en sus mercados y tienditas de la esquina para prepararse sus alimentos en casa y ahorrarse el IVA que se cobrará en la comida rápida.

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