A ver a ver, así como pintan las cosas, al menos este año y el que sigue, cualquiera de los indicadores que miden el crecimiento, el desarrollo y la felicidad, mostrarán lo maltratados que nos está dejando la pandemia.

Y esto aplica para quienes están empeñados en descubrir el hueso del aguacate, el hilo negro o el agua tibia y que han comprado la idea de que con un nuevo Índice Nacional de la Felicidad, todo se verá color 4T.

Parece que la intención es crear un espejo a la medida -como el de Maléfica en Blanca Nieves- que refleje un mundo donde reine la ilusión y no la realidad.

Modelos para medir el crecimiento, desarrollo o la felicidad existen y aunque sus resultados pueden no gustarnos, confirman que estamos experimentando niveles de estancamiento económico no vistos por lo menos hace un siglo y que si el año pasado éramos medianamente felices, este año seremos menos que eso.

Y no, no es necesario ir a las ferias para contratar un encantador de serpientes o un propagandista. En México el INEGI tiene información sistematizada y seria que bien puede cumplir con las necesidades para medir indicadores de desarrollo y no solo de crecimiento.

También puede consultarse a universidades, instituciones financieras y organizaciones internacionales, todas de prestigio.

El colmo sería que el Índice 4T de la Felicidad se alimentara con consultas a mano alzada en las que se preguntara: ¿verdad que son más felices ahora que antes?

Cómo nos va

La crisis sanitaria y sus efectos adversos en la economía no nos dejan bien parados.

Será interesante revisar el próximo año el ranking del Índice Mundial de la Felicidad 2020. Quién puede ser feliz auto confinado por meses, con el riesgo de la salud y la vida misma y con una crisis económica brutal. Son preguntas.

Sin rollo, estamos a la mitad del peor trimestre (abril-junio) que se recuerde.

En el primer trimestre del 2020 ya traíamos una caída de -3 por ciento del PIB; para el segundo semestre los pronósticos andan en rangos del -10.0 al -15.0 por ciento. Y aunque mejoren las cosas después de julio, cerraremos el año con cifras negativas de -7.0 al -14 por ciento. ¿Y los salvavidas?

Y ojo, la recesión seguramente seguirá causando estragos hasta el próximo año.

 

Medio felices

De acuerdo con el Índice Mundial de la Felicidad 2019 de la ONU, México se colocó en el nivel 23 de 156 países. Los ciudadanos de Finlandia fueron los más felices del mundo seguidos de Dinamarca, Noruega, aunque Suiza y Suecia bajaron de rango a los lugares 6 y 7.

México puede presumir que el año pasado estuvo arriba de Francia y Taiwan, pero los emiratos Árabes nos ganaron por unos aplausos, lo mismo que los alemanes.

 

¿Y el bienestar?

El índice del Progreso Social, inspirado en un modelo diseñado por tres Nobel de economía  (www.socialprogress.org) tiene otros datos.

Reconoce que la pandemia del Covid-19 ha impuesto muchos cambios en la vida cotidiana de nuestras sociedades y eso se reflejará en los resultados del Índex 2020.

Pero mientras, los resultados del índice 2019 revelaron que Noruega se consolidó como la nación con más desarrollo y calidad de vida en el mundo, mientras que Finlandia quedó en la posición 4; Canadá se defendió ocupando el lugar 9, Estados Unidos el 26 y México, el 55.

México tiene calificaciones bajas en acceso a la educación superior; los niveles de percepción de inseguridad son muy pero muy altos y la salud y el bienestar requiere de mucho esfuerzo todavía. La calificación promedio para México es de 71.51 (de panzazo), mientras que el de Noruega es de 90.95 puntos.

Y no, parece que no hemos logrado un sistema de salud como el de Suiza.

 

Columnómetro de Aquiles Baeza.

1,-Nooo, otra vez Barbosa.

La recién aprobada Ley de Educación del estado de Puebla (el 15 de mayo) desató un escándalo de miedo ante la preocupación de las escuelas privadas de que se permita que las instalaciones educativas particulares pasen a formar parte del estado.

El meollo está en que el artículo 105 de dicha Ley indica que los bienes muebles e inmuebles pasarán a formar parte del sistema educativo estatal. El escándalo sacó a @MBarbosaMx de su relax dominical y en un par de tuits respondió que el alcance del 105 nada tiene que ver con apropiarse de dichos bienes sino que los mismos sirvan para los fines educativos a que son destinados.

Las instituciones privadas cuestionaron la Ley pues insistieron que podría vulnerar la seguridad jurídica. Para variar Barbosa lo tomó personal y adelantó que no aceptará presiones.

Bien harían en aclarar y puntualizar que dice y qué no dice la Ley, para evitar prácticas políticas como el método chimoltrufia, pues como dicen una cosa dicen otra.

2.- La súbita caída de la demanda en la industria restaurantera, debida al Covid-19, ha causado una disminución de las ventas de entre 70 y hasta 90 por ciento en la Ciudad de México, pese a que el habito de los consumidores ha cambiado y las plataformas digitales han tomado mayor fuerza.

GINgastronómico, empresa que reúne a 15 firmas restauranteras, ha mantenido su planta laboral con el mecanismo de envío de comida casera a domicilio y que lleva por nombre, ‘Del corazón a tu casa’, a precios justos y con el mejor protocolo sanitario.

3.- No me defiendas compadre.

El community manager de la Secretaría de Energía parece más el encargado de una cuenta de Morena que el responsable de la comunicación institucional en redes sociales. Rocío Nahle tuvo que ofrecer disculpas por el uso indebido de la cuenta. Lo malo que eso sólo justifica lo que para muchos es secreto a voces, que también existen granjas de bots de la 4T. ¿Qué no?