1.- El mensaje presidencial nos quedó a deber una convocatoria a la unidad nacional.

El mensaje abonó poco a la certidumbre que hace falta para enfrentar la crisis sanitaria pero también la económica y social.

Lo malo es que en la misma bolsa de recursos destinados a enfrentar la crisis del Covid-19, metieron la premisa de que seguirán inyectándole dinero a Pemex (por más que sus bonos sean considerados casi basura); tampoco dejarán en el desamparo a los proyectos de infraestructura estrella Santa Lucia, Dos Bocas y el Tren Maya.

La estrategia no quedó muy clara, pues supone la creación de 2 millones de empleos en lo que resta de este año. Como promesa de campaña es buena, pero es una afirmación poco realista y hasta temeraria.

El gobierno enfocará sus baterías hacia los que votaron por la 4T, al resto los confinó al cajón de los adversarios, conservadores y neoliberales, aunque es casi la mitad del país.

El plan coyuntural de esta crisis requerirá de mucho dinero, lo cual puede llevarnos a una etapa de arcas semivacías o secas. ¿Y luego?

Pese a la promesa de no crear ni aumentar impuestos, en materia de recaudación no se esperan números alegres. ¿Pues de dónde?

La expectativa del superávit público ya no existe y en cambio se espera un déficit presupuestal del 0.4 por ciento, que puede ser mayor, lo que permitirá al sector público gastar más del tope aprobado por el Congreso.

Hablando de pesos y centavos echarán mano de lo que queda del Fondo para la Estabilización de los Ingresos Presupuestarios cuyo saldo al final de 2019 ascendía a 158 mil millones de pesos. Como se sabe el año pasado se utilizaron 121 mil millones del mismo fondo.

Otra fuente de recursos será la que resultará de la extinción de los fideicomisos, eliminados por decreto, y que suponen alrededor de 250 mil millones de pesos.

Y adicionalmente la reducción de los salarios y la eliminación del aguinaldo de la alta burocracia, desde subdirector hasta el Presidente de la República. Ya se sabrá cuánto juntan.

Además, el Congreso autorizó una partida de nueva deuda a la que pueden echar mano.

Se espera y qué bueno que esta crisis será transitoria y pasajera, pero los especialistas estiman que este año el PIB de México caerá de 4 a 7 por ciento.

Cuánto tiempo nos llevará la recuperación, no lo sabemos. Por lo pronto un tercio de este sexenio quedará marcado por el estancamiento.

Para no caer en la depresión y para darle fuerza al mensaje de que “somos optimistas”, #YaSabenQuién compartió una anécdota del libertador Simón Bolívar.

__En uno de esos momentos difíciles, estaba Simón Bolívar acostado en una hamaca cuando alguien se acercó y le preguntó ¿qué va a hacer? Y con loca pasión respondió: triunfar, triunfar.

Sin duda se trata de una versión tropicalizada de cómo responder frente a la crisis.

Que alguien nos preste una hamaca, ¿no?

2.- Desoyen secretarios el #QuédateEnCasa.

Además de ser considerados por sus críticos como parte del grupo de alto riesgo -por las edades promedio-, el sábado por la noche los desvelados en cuarentena tuvieron mucho en que entretenerse.

La comidilla en WhatsApp fue la expectativa de que al menos a tres secretarios les estarían aplicando aquello de #QuédateEnCasa,

El ruido en la red social era muy fuerte: Marcelo Ebrard a la Segob; Olga Sánchez Cordero a la Cancillería, renunciar a qué, fue la pregunta. También se esperaba que Jorge Alcocer le dejaría su lugar a Hugo López Gatell, pero otros aseguraban que Juan Ramón de la Fuente, se convertiría desde la Secretaría de Salud en el primer siquiatra de la nación.

A Arturo Herrera, lo veían a un tris de dejarle su despacho a Raquel Buenrostro y convertirse en el segundo secretario de Hacienda en bajarse de la 4T.

Los improvisados momios daban por sentado que Alfonso Romo recibiría la instrucción de #QuédateEnCasa.

Al final no pasó de ser un ejercicio de cuarentena de sábado por la noche.

3.- Zopilotean a Daniel Ortega.

¿Alguien ha visto de casualidad a Daniel Ortega?

La pregunta resuena en las redes sociales porque dicen que a estas alturas lleva 24 días sin aparecer en público. ¿Tendrán razón quienes lo andan zopiloteando?

De terminar su tercer periodo presidencial en 2022, Ortega -de 74 años- habría cumplido 15 años en la Presidencia más otros cuatro años como Coordinador de la Junta de Gobierno de Reconstrucción, o sea dos décadas en el poder.

Mientras se aclaran las cosas todo mundo cree que el poder pasaría en automático a ya saben quién, la señora Rosario Murillo, sobrina del héroe local César Sandino, vicepresidenta y esposa del susodicho.

La vicepresidenta es otro personaje harto controvertido en Nicaragua, pues sus críticos la identifican como la “compañera turquesa”, por las joyas que luce por kilo. El caso es que doña Chayito tampoco ha aclarado ni desmentido a nadie.

La ausencia de Ortega dio paso a todas las especulaciones que usted quiera y mande. Hay quien asegura que sigue los pasos del venezolano Hugo Chávez, pues ocultaron su deceso durante dos meses. Ortega lleva casi un mes sin dar señales.

4.- Autogol de Cuauhtémoc Blanco.

El ex futbolista y hoy gobernador de Morelos grabó un spot en el que subrayó la frase “Con la salud no se juega”. Peeero en su propia cancha metió autogol.

El deportista aplicó la cuauhtemiña en Twitter con la promoción de un spot enfocado a decir que su gobierno está listo para enfrentar la pandemia del cononavirus. Entre otras medidas anunció la operación de un hospital móvil en el estadio Centenario, para atender a pacientes infectados por el Covid-19.

¿Pero qué creen?, terminó la grabación del spot y luego desmantelaron el hospital que sirvió sólo de escenografía. La oficina del góber se excusó con aquello de que fue un simulacro y que cuando lo requieran se instalará. ¿A poco?