La sacudida que nos ha dado la pandemia del coronavirus ha servido para tumbar varias cosas que parecían ciertas. La vida de los humanos en este planeta no es como lo pensaron en los 70’s en las caricaturas de los Jetson (o Supersónicos) o como en los 80’s como lo pensaron en las películas de Volver al Futuro, es más, no es tan fatalista como lo pensaron los que hicieron Terminator o Mad Max. Penosamente, nuestra vida en el planeta se parece más a un capítulo de los Simpsons.

Un poco más en serio, muchas de las cosas tecnológicas que muchos consultores hubieran creído ciertas, en este momento no existen. Enlisto algunas.

 

El Teletrabajo

Aunque se puede hacer realidad para muchos, no todos los trabajos tienen la capacidad de hacerse desde casa o desde algún lugar remoto. Esta crisis nos enseñó que muchos trabajos están lejos de hacerse fuera de las oficinas. Seguramente hemos oído casos insólitos de negocios que no son esenciales y siguen abiertos. Yo conozco uno de una agencia de automóviles donde hay gente en las oficinas aun y cuando no se pare un solo cliente. Seguramente habrá alguien que compre un auto en estos días, pero no creo que amerite el riesgo. Hoy, los patrones están mandando a casa a muchos de los empleados, muchas compañías son renuentes a tener reuniones de trabajo virtuales. En el gobierno, las cámaras se niegan a trabajar desde casa y están posponiendo reuniones. Parece increíble que con toda la tecnología que existe, puedan quitar las bolsas de los supermercados, pero no puedan reunirse de manera virtual.

 

Educación a distancia

Se oía mucho de la nueva educación basada en modelos a distancia. Las clases virtuales, los sistemas donde los alumnos se conectarían y se tomarían las clases desde cualquier lugar. Seguimos lejos de eso. Las universidades más vanguardistas solo tienen un porcentaje de los alumnos tomando clase virtual. Las primarias, secundarias y preparatorias todavía no tienen la capacidad de poder evaluar alumnos a distancia. Si usted le ha tocado hacer homeschool o escuela en casa, sabe a lo que me refiero. Se que algunas escuelas tienen algunas capacidades para poder dar este tipo de clases, pero la gran mayoría no lo tiene.

El Tec de Monterrey que tiene añales con un modelo de Universidad Virtual no ha podido hacer que el resto de los alumnos tome las clases de esta manera. A todos los de mi generación nos tocó llevar una clase virtual, ya hace muchos años, esta era la clase de Valores, siempre sentí que fue como un experimento para ver que se podía hacer con ese tipo de enseñanza. La clase no se tomaba en casa, se tomaba en un salón de clases y se enviaban los trabajos vía correo electrónico o a un profesor auxiliar. El modelo no era muy diferente a las telesecundarias de hace años. Hoy en día, con toda la tecnología que tenemos, es aún muy difícil tener un modelo educativo diferente al que se tiene ahora. La educación a distancia todavía está lejos de ser una realidad.

 

Súper a domicilio

Creo que, de estos tres ejemplos, los servicios a domicilio son los que más han evolucionado con esta crisis. Ya existía una amplia base de servicios que necesitaban una situación como la que estamos viviendo para fortalecerse y volverse indispensables para muchos.

Las plataformas de compra en línea de los supermercados, o los servicios de compra de despensa en otras plataformas son la manera en la que muchos han contenido la pandemia sin salir de casa. Un ejército de personas que están en los supermercados trayendo a las casas lo necesario para poder vivir. He sabido que tiendas como Wal-Mart ha incrementado su nivel de contratación porque les faltan manos para poder preparar los pedidos que hacen los clientes a casa.

Y no solo es el súper, es la farmacia y las comidas preparadas. Los restaurantes que no se habían montado a este tipo de plataformas por ser snobs, lo han tenido que hacer pues la gente no está yendo a comer a estos locales.

Se dio un subidón de la demanda de estos servicios. Bajará cuando se vuelva a la nueva normalidad, pero creo que con la fortalecida que se están dando ahora, se desarrollarán nuevos servicios y nuevas formas de hacer compras de perecederos.

 

Amazon

Imagino que Jeff Bezos no soñó en el más guajiro de sus sueños una situación así. El escenario donde nadie puede salir de casa a hacer compras y todo lo tiene que hacer en plataformas como la de su negocio. Muchos negocios están con problemas financieros, Amazon no tanto. Ellos tienen las capacidades para hacer teletrabajo, pueden enviar prácticamente lo que sea a casa (al menos en Estados Unidos) y ahora están dando trabajo para poder preparar pedidos y administrarlos. El escenario dorado para una empresa como la que tiene Bezos es hoy. Para Amazon, existirá un mundo después del coronavirus y seguramente será un mundo mucho mejor, al menos para sus números financieros.

 

El día después de mañana

Será difícil que la realidad después del coronavirus sea la que vivamos hace más o menos un mes. Es un escenario tipo tercer guerra mundial donde se cerró el comercio, la fabricación de un montón de cosas. La gente volverá a sus trabajos y tomará algún tiempo para que la maquinaria mundial vuelva a funcionar, al menos de una manera similar a la que conocemos.

Muchos negocios empezarán a invertir para convertirse realmente en industrias 2.0, igual las escuelas y servicios. Nos daremos cuenta de que podemos vivir con muchas menos cosas que las que nos hacían creer. Nos volveremos nuestros abuelos, a los cuales les tocó vivir en otra época, menos materialista. Deberíamos de hacernos más humanos y volver a comunicarnos. Seremos más sensibles a ciertas necesidades y espero que seamos más educados en tiempos de desgracia.

Lo más curioso, en estos tiempos de tanta frialdad, nos hemos vuelto más espirituales, y lo más curioso es que muchos somos más espirituales usando tecnologías de la web 2.0. Sé de muchos cultos de diferentes denominaciones que están llevando a cabo sus ceremonias vía YouTube o Facebook. Hay más gente participando en esto que las que hay regularmente, seguramente muchos líderes religiosos cambiarán algunas prácticas para no perder este nuevo quorum. He visto muchas personas invitando a meditaciones a través de redes sociales y he visto que empiezan a surgir redes cooperativas de ayuda para resolver problemas que nos trae este encierro, uno de ellos, la depresión.

El día después de que acabe todo esto, tendría que haber nuevas realidades. La relación de las masas con el mundo cambiará. Esperaría que además de promover el rearranque de la economía, los líderes de los países se pongan a pensar que en lo que menos se ha invertido en el mundo es en salud, y que nos damos cuenta ahora que no tenemos la capacidad suficiente como para atender lo que está pasando.

Cambiarán muchas cosas en lo social, en lo laboral, en lo tecnológico. Nos damos cuenta de que estamos lejos, todavía, del mundo de los robots, la inteligencia artificial, la educación 2.0, el teletrabajo y todas las cuestiones que creíamos más cercanas pero que no lo son. Seguro, este tipo de crisis hará que se invierta más en este tipo de desarrollos y que los trabajos se vuelquen más sobre este tipo de cuestiones. No será inmediato, pero este será definitivamente algo que aceleré este tipo de cambios.