“Las ideas son más poderosas que las armas…”

Joseph Stalin.

Lev Davidovich Bronstein, conocido en México con su seudónimo: León Trotsky, fue quizá el personaje más poderoso del siglo XX, por él se consolidó la Revolución rusa de 1917 y él fue el que fundó el ejército rojo, el que finalmente acabó con el nazismo, más que los aliados; Trotsky seguía siendo muy influyente desde México donde se exilió sobre la recién formada URSS, y más por la amistad que tenía con su correligionario judío, y comunista, Guillermo Kahlo, con la que logró el compadrazgo con su yerno Diego Rivera; muchas de las decisiones de Trotsky afectaban al que según él le ganó la dirigencia soviética, Stalin, por eso su desaparición de este Mundo en México sería una pieza clave en la resolución de la recién iniciada Segunda Guerra Mundial.

Desde un punto de vista circunstancial, histórico y anecdótico, y no necesariamente conspiracional, el que más se benefició con la muerte de Trotsky fue el mismo Churchill, la URSS antes del fallecimiento de Trotsky era aliada de Alemania desde que firmaron el tratado de Brest-Litovsk, y el mismo Stalin ya había firmado con Hitler la alianza entre estas dos naciones con varios pactos, incluyendo el que lleva el apellido del que ideó la bomba de mano tan utilizada, hasta en México se estalló una el pasado 9 de Marzo (Mólotov); pareciera que un día le habló Churchill a Stalin y le preguntó:

¿A qué precio te aliarías conmigo?

Y Stalin le contestara: - Si desapareces a Trotsky…

Y así fue, los comunistas soviéticos, por un pacto de hermandad que tienen tipo masónico, no podían asesinar directamente a Trotsky, por eso los ingleses comprarían a David Alfaro Siqueiros, quien falló cuando fue a dispararle a su casa, al respecto el mismo nieto de Trotsky quien estuvo presente y fue herido, en un programa de Clío transmitido por Televisa, comentó en entrevista, que su abuelo, León, después de ese tiroteo, dijo: Ya llegó mi momento.

Como buen militar, Trotsky ya había aceptado su muerte, igual que lo hizo su modelo a seguir, Napoleón Bonaparte, de quien ya había superado su edad por 9 años, incluso se cuenta que viendo a la ventana mientras su esposa arreglaba unas rosas en modo de despedida le dijo: “La vida es bella”, frase que después utilizara Roberto Benigni para filmar la película homónima súper-galardonada.

Después de Siqueiros el traidor más adecuado para asesinar a Trotsky sería el mismo espía de doble cara que ya vivía en casa de los Trotsky y trabajaba como jardinero: Mercader, el cual hirió a Trotsky, como se sabe, con su piolet en la cabeza, y no murió, esto tuvo que suceder en manos de la Cruz Verde, la cual no se sabe porqué fue la encargada de ir por Trotsky, en lugar de la ya existente Cruz Roja.

A Mercader lo tuvieron que asesinar cuando ya iba a vender ésta Historia en 1978, a Siqueiros lo perdonaron, con su nombre se fundó el Polyforum, y su cuerpo descansa en la rotonda de las personas ilustres, e, históricamente, gracias a la intervención de México, Trotsky desapareció del mapa, Churchill viajó a Moscú y se alió con Stalin, siguiendo la filosofía que él mismo profesó sobre preferir aliarse con el mismo diablo con tal de acabar con Hitler, Stalin murió asesinado igual que Trotsky (ver artículo al respecto en SDP noticias: Julio 12, 2019) y a México los ingleses jamás nos agradecieron tal hecho conciliatorio, al contrario, criticaron recientemente en su periódico “Financial times” a nuestro Presidente, cuando todos los gobernadores, de todo el Mundo, están confundidos por el coronavirus, incluyéndolos, pero esto ocurre cuando existen plumas que escriben sin saber de Historia.

Nota cultural agregada: Para entender mejor el beneficio que obtuvo Churchill con el asesinato de Trotsky, recomiendo leer el artículo: “La noche en que Churchill y Stalin se fueron de fiesta”, publicado en español por la BBC el 23 de Mayo del 2013.