El incendio sucedido la madrugada del pasado 9 de enero en el centro de control del Metro de la Ciudad de México (CDMX) que cobró la vida de una mujer, envió a 32 personas al hospital y que provocó la suspensión del servicio en la mitad de las líneas de ese medio de transporte, impactó negativamente en la problemática de movilidad en la capital del país. 

Por fortuna las líneas 1,4, 5 y 6 ya restablecieron el servicio y se espera que el próximo lunes 1 de febrero la línea 3 empiece a funcionar.

El siniestro afectó a más de 5 millones de pasajeros de ese medio de transporte, pero este incendió dejo de manifiesto el abandono del Sistema de Transporte Colectivo Metro durante muchos años sobre todo en la administración de Miguel Ángel Mancera Espinosa y que el Gobierno de Claudia Sheinbaum heredó.

La movilidad en la Ciudad de México presentaba grandes problemas desde antes de la conflagración e inclusive no disminuyeron a pesar de la pandemia de Covid-19 que ha reducido el número usuarios que necesitan transportarse, las principales dificultades que se presentan son: vagones de metro que se desbordan de usuarios, avenidas convertidas en inmensos estacionamientos, largas filas para tomar el Metrobús, colectivos inseguros para el pasajero y operadores; todo esto son escenas que día a día deben vivir muchos capitalinos que tienen que desplazarse durante las horas pico. Una encuesta publicada en 2018 estima que los residentes de la Ciudad de México invierten en promedio poco más de una hora para viajar a su trabajo.

El transporte público en la capital del país genera problemas de congestión vehicular, accidentes, inseguridad y graves problemas de contaminación atmosférica. La tendencia actual en las políticas públicas sobre las formas de movilidad urbana tiene que apuntar hacia la toma de conciencia y la apropiación de una nueva cultura de movilidad.

Dentro de quienes se movilizan en transporte público el 67.8 por ciento lo hace a través de un colectivo (microbús), 38.2 por ciento utiliza el metro, 9.9 por ciento usa taxi de sitio o de calle, 8.8 por ciento utiliza el Metrobús, 5.3 por ciento un autobús, 1.6 por ciento viajan en Trolebús, 1.3 por ciento solicita taxi por medio de internet y 1.2 por ciento usa el tren ligero.

El Sistema de Transporte Colectivo (SCT), Metro de la Ciudad de México tiene a la fecha un total de 553 vagones y 105 trenes sin servir. Esta es la herencia que recibió el gobierno de Claudia Sheinbaum de su antecesor Miguel Ángel Mancera.

La falta de mantenimiento, de refacciones o rehabilitaciones, son los principales motivos, por los que de 3,333 vagones con los que cuenta este sistema de transporte, solo operan 2,780.

En 2013 la administración de Mancera incrementó la tarifa del Metro de la CDMX en dos pesos, pasando de 3 a 5 pesos por viaje y el servidor público ofreció a cambio meter el dinero recaudado a un fideicomiso que administra proyectos que mejorarían el servicio de los usuarios. Para octubre de 2018, ninguno de estos planes había concluido; solo uno tenía un avance del 81 por ciento, el resto de 16 o 55 por ciento.

Hasta octubre de 2018 el total recaudado con el incremento de la tarifa del Metro fue de 13 mil 187 millones de pesos, de los cuales, el 78 por ciento se invirtió en siete proyectos de los cuales ninguno se ha concluido.

De acuerdo con la información del libro blanco del Fideicomiso Metro (Fimetro), hasta el momento se han celebrado 219 contratos por 10 mil 367 millones de pesos en siete proyectos, de los cuales ninguno tiene un avance del 100 por ciento, a octubre de 2018.

El Fimetro anunció junto con el aumento de la tarifa del STC Metro para los usuarios que con lo recaudado se tendrían los siguientes objetivos:

1) La compra de 45 trenes nuevos para la Línea 1.

2) Dar mantenimiento mayor a los 54 trenes de la Línea 2.

3) Mejorar los tiempos de recorrido en las Líneas 4, 5, 6 y B mediante la modernización del sistema de tracción-frenado de 85 trenes.

4) Renivelación de la Línea A.

5) Reparar 105 trenes que están fuera de servicio.

6) Reincorporar 7 trenes férreos en la Línea A.

7) Adquisición de 12 trenes más para la Línea 12, que además se ampliará.

8) Renovar íntegramente la Línea 1.

9) Modernizar el sistema de torniquetes y generalizar el uso de tarjeta.

10) Sustituir 50 escaleras eléctricas.

11) Comprar 3 mil 705 ventiladores para vagones y 258 compresores.

12) Incorporar mil 200 policías adicionales.

13) Adquirir un nuevo sistema de radiocomunicación para trenes, estaciones y personal operativo.

Cinco años después, de acuerdo con la información oficial, la contratación de los policías, la sustitución de escaleras y la compra de ventiladores, se hizo con otro dinero, por lo que la información sobre si se cumplieron al 100 por ciento no existe.

Los proyectos 1, 2, 3, 4, 6 y 8, tenían al finalizar el mandato de Miguel Ángel Mancera, el 30, 55, 81, 75, 16 y 16 por ciento de avance, respectivamente.

En octubre de 2018 el Fimetro tenía 2 mil 819 millones de pesos, que tendrían que ser distribuidos para terminar de pagar contratos que aún se adeudan o para iniciar nuevos proyectos.

Bajo el mandato de Claudia Sheinbaum en 2019 se aprobó un monto de 15 mil 652 millones de pesos de presupuesto para el Metro, para el 2020 se asignó la misma cantidad que el año anterior y para este año el presupuesto que se concedió al STC Metro fue 15 mil 81 millones 871 mil 997 pesos.

Cabe hacer mención que para 2020 se hizo un recorte al presupuesto del Metro de 1,896 millones de pesos y la jefa de gobierno justificó este decremento presupuestario el cual se reflejó en el Fideicomiso Maestro -en el que se depositan los ingresos derivados del aumento a la tarifa de 3 a 5 pesos establecida en 2013- más no en lo que el gobierno capitalino aportó.

La actual tarifa del Metro de la CDMX, no refleja los costos del pasaje ya que si se cobrará la tarifa real esta debería de ser de 18 pesos por boleto, por lo que los usuarios de este sistema de transporte reciben un gran subsidio de parte del gobierno de la ciudad.

Desde que Sheinbaum asumió su cargo, ella ha sostenido que el transporte público será una de las prioridades de su gobierno. Incluso ha llegado asegurar que, por cada peso invertido en infraestructura vial, se invertirán seis en mantenimiento e infraestructura de transporte público, vías para ciclistas y pasos peatonales.

El problema de la movilidad en la Ciudad de México es grave y que no se cuente con las líneas del Metro 1,2 y 3 empeora la situación, ya que se está haciendo frente a esto con autobuses y no se cobra el pasaje y es más difícil guardar las medidas de higiene y sana distancia que se necesitan para parar la expansión de la pandemia de coronavirus.

Los problemas financieros también empeoraran ya que el servicio de autobuses que suplen al Metro, no cobra y los ingresos se reducirán, además de que se tendrá que invertir una fuerte cantidad para la reparación de los desperfectos que dejó el incendio.

En mi opinión el Gobierno de Claudia debe de hacer una auditoria a fondo del Fideicomiso que hizo Mancera para el supuesto mejoramiento del SCT Metro.