La filtración

El pasado viernes 19 de febrero se filtró a la prensa que la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) tuvo un costo 232 por ciento mayor a lo previsto por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, al ascender a 331 mil 996 millones 517.6 mil pesos, monto que aún podría incrementarse, reveló la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

La información que fue ampliamente difundida todo el fin de semana por medios de comunicación opositores al Gobierno de la Cuarta Transformación (4T) señalaban que de acuerdo a la institución que dirige David Rogelio Colmenares Paramo, la administración actual estimaba un costo de 100 mil millones de pesos, la cancelación de la terminal aeroportuaria, sin embargo, la diferencia alcanza los 231 mil 996 millones 517.6 mil pesos.

El gozo de los contrarios al actual régimen por la información poco ética filtrada se acabó tres días después cuando en un comunicado, la ASF afirmó haber detectado que dicho monto que arrojaba la auditoria por la suspensión del AICM “es menor a lo estimado inicialmente” y lo achacó a “una deficiencia metodológica”.

Lo que llama la atención es que diarios como el Reforma, El Universal, El Financiero entre otros, así como un sin número de analistas políticos y financieros que revisaron a la ligera la irregular información que recibieron el viernes pasado y dieron severos veredictos; no fueron capaces en el, en el pasado de difundir la danza de los millones de pesos gastados con poca transparencia en la construcción de la terminal aérea de Texcoco en la administración del presidente Enrique Peña Nieto, la cual si esta sustentada con datos duros.

El proyecto para la construcción del llamado Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en Texcoco, que impulsó el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto y que era la obra de infraestructura más ambiciosa de la administración pasada, tuvo un complejo esquema financiero, que se elaboró por más de 5 años.

La construcción de este complejo aeronáutico, fue muy cuestionado dado el gran presupuesto que ha tenido que desembolsar por parte del gobierno federal y por las empresas que se contrataron para la obra.

Los costos que se estimaron para la Etapa 1 para llevar adelante la obra del NAICM, equivaldrían a 133 mil 980 millones de pesos.:

Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) fue la entidad asignada desde los primeros meses del 2011 por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), como organismo ejecutor especializado del Gobierno Federal en la planeación, diseño, construcción y operación de aeropuertos, además de identificar los estudios de preinversión necesarios para desarrollar el proyecto de infraestructura de la nueva terminal aeroportuaria.

En mayo y diciembre de 2012, la SCT y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en ejercicio de sus atribuciones y por conducto de sus representantes en el Comité Técnico del contrato de fideicomiso no paraestatal de administración número 1936 (fideicomiso 1936) denominado Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), aprobaron a ASA, en forma independiente a su presupuesto autorizado por la Cámara de Diputados, la contratación de diversos estudios de pre inversión, los cuales serían pagados por Banobras, en su carácter de fiduciario, con recursos del patrimonio de ese fideicomiso.

Ya para abril del 2013, la SHCP y la SCT, autorizaron, para la primera etapa del proyecto del NAICM, la utilización de recursos del patrimonio del Contrato fideicomiso 1936, hasta por 4 mil 752,554 millones de pesos que incluyó el IVA, (es un apoyo no recuperable de Fonadin) para efectuar, por conducto del fiduciario de ese contrato, el pago total de estudios, proyectos ejecutivos, en forma independiente al presupuesto autorizado por la Cámara de Diputados para ASA, con la asistencia técnica de la CONAGUA, como autoridad en dicha materia, en forma independiente al presupuesto autorizado por el legislativo para ASA.

Aeropuertos y Servicios Auxiliares, como entidad contratante, fue designada por la SCT para realizar las actividades relacionadas con la administración y supervisión de 17 contratos vinculados con dichos estudios, los cuales, una vez desarrollados tuvieron un costo de 140 millones134 mil pesos incluyendo el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y fueron pagados por Banobras, como fiduciario del fideicomiso 1936.

El 3 de septiembre de 2014, al presentar la SCT el Plan Financiero para la Construcción del NAICM, señaló que el costo de la obra ascendería a 169 mil millones de pesos (13 mil millones de dólares al tipo de cambio de 13.00 pesos por dólar), cifra que no consideraba los estudios, consultorías y asesorías que se habían venido atendiendo, y se continuarían realizando con recursos del fideicomiso 1936.

Para que se contara con los 169 millones de pesos necesarios para realizar la construcción del Proyecto NAICM, se determinó lo siguiente:

1. El Gobierno Federal requeriría obtener y aplicar recursos fiscales por 98 mil millones de pesos y que la Cámara de Diputados se los autorizara en forma multianual al aprobar el Decreto del Presupuesto de Egresos de la Federación de cada año, en el presupuesto de la SCT, para su aplicación al Proyecto NAICM, gran parte de los cuales provendrían de los flujos excedentes de la Entidad Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (EAICM) que ascendían a 8, 300,000.00 miles de pesos anuales.

2. Las empresas EAICM y Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) pagarían al Gobierno Federal aproximadamente 71 mil millones de pesos (equivalentes a 6 mil millones de dólares), como aprovechamientos por las concesiones de las que son titulares; recursos que se registrarían como ingresos fiscales excedentes y permitirían que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) autorizara ampliaciones líquidas al presupuesto de la SCT por el equivalente a dichos ingresos, durante los años que correspondiera.

La construcción de la nueva terminal aeroportuaria se dividió en 21 paquetes de licitación y mediante un esquema financiero mixto que contempló recursos públicos y privados para garantizar la obra sin presionar las finanzas públicas.

La SCT anunció el 26 de enero del 2015 el otorgamiento de la concesión al Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México para construir, administrar, operar y explotar el nuevo aeropuerto internacional. Al concluir el 2015, el presupuesto destinado para la obra del NAICM proveniente del Presupuesto de Egresos de la Federación, era de 104 mil 396 millones de pesos. Cabe destacar que, en el primer trimestre de 2016, la cifra aumentó en más de 75 mil millones, para quedar en 180 mil 122 millones 684 mil 677 pesos, de los cuales, según los contratos abiertos, hasta el momento sólo se habían hecho uso del 1.31 por ciento.

En septiembre del 2016, se dio a conocer que la empresa mexicana Coconal y la constructora Cicsa, de Carlos Slim ganaron las licitaciones para construir las pistas 2 y 3 del NAICM, respectivamente. Coconal SAPI S.A. de C.V. conjuntamente con Constructora y Pavimentadora Vise S.A. de C.V. obtuvo el contrato para construir la pista 2, cuyos trabajos de construcción arrancarían el 26 de septiembre y tendrán una duración de 735 días naturales.

Para la Pista 3, la propuesta de asignación fue de Cicsa en consorcio con GIA, Prodemex y la Peninsular (empresas que pertenecen a Hipólito Gerad, Olegario Vázquez Aldair y Carlos Hank Rhon, respectivamente) fue por un monto de 7 mil 359 millones pesos, la de menor precio en el concurso.

El GACM confirmó el pasado 21 de septiembre de 2016, la colocación de dos bonos en mercados internacionales por 2 mil millones de dólares, que le permitirán financiar la construcción del NAICM, y que serán pagados con los ingresos de la Tarifa de Uso Aeroportuario (TUA) que obtenga esa terminal, y los del actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Los bonos se emitieron a dos plazos uno por mil millones de dólares a 10 años y otro por mil millones de dólares a 30 años con tasas de 4.25 y 5.50 por ciento respectivamente.

En la revisión de los contratos de la cuenta pública del 2015 de la Auditoria Superior de la Federación se encontraron 20 casos que merecieron observaciones, entre los que figuran la falta de comprobación de recursos, pagos improcedentes y duplicidad de comprobantes que, entre todas, sumaron un total de 278 millones de pesos.

Las aportaciones federales fueron sólo de 18 mil millones de pesos, por lo que se modificó el programa de financiamiento y se emitió deuda por 6 mil millones de dólares en bonos con vencimientos a 10 y 30 años y por 30 mil millones de pesos en certificados fiduciarios conocidos como FIBRA-E, de todas formas insuficiente, ya que el presupuesto se había elevado a 305 mil millones, por lo que dejaba a la siguiente administración con los compromisos financieros establecidos y la necesidad de obtener 108 mil millones de pesos más.

El agente estructurador de la Fibra E para la construcción del NAICM fue Banobras cuando está institución financiera era dirigida por el actual socio de José Antonio Meade y experto en inversiones offshore en paraísos fiscales Alfredo Vara. Los Bonos se emitieron en marzo de 2018.

La contratación de la Fibra-E fue una inyección de capital innecesaria en ese momento, pues se tenían más de 100 mil millones de pesos disponibles y comprometía al GACM a pagar rendimientos del 10 por ciento a tasa real durante la duración del instrumento, sin posibilidad de amortización anticipada antes de 2026, lo que representaba prácticamente, pagar el doble del valor de la Fibra al final del contrato.

Los Bonos de la Fibra-E fueron adquiridos en su mayoría por Afores con lo que se puso en riesgo los ahorros para sus pensiones de los trabaja

En mi opinión el haber lanzado al mercado los Bonos de la Fibra E en marzo del 2018 cuando era un año electoral y todas encuestas marcaban que el seguro ganador de la elección para la presidencia seria Andrés Manuel López Obrador, el cual tenia la promesa de campaña de cancelar el proyecto del NAICM en Texcoco, promesa que si cumplió.

La terminal aérea que se estaba construyendo en Texcoco era un desastre, con sobre costos, atrasos y dinero gastado sin transparencia, pero de estos datos nunca fueron motivo de critica por los analistas que ahora si gritan.