La política económica que está impulsando el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) está basada en que el motor para incentivar el desarrollo económico del país sea el Estado, a través de un gasto público expansivo, que busca un efecto multiplicador que estimule el crecimiento de la productividad, y fortalezca el mercado interno.

El modelo de desarrollo económico de López Obrador ha fijado su atención en la industria petrolera como base del escalonamiento industrial y desarrollo de otros sectores. Para ello, emprendió el rescate financiero de Petróleos Mexicanos (Pemex).     

La disciplina fiscal es otro de los elementos que ha utilizado la nueva administración para la implementación del plan, ya que si bien es cierto se ha otorgado más presupuesto a programas sociales, esto no ha excedido los gastos presupuestales, debido a que se han hecho ajustes y recortes en personal del sector público y de otros proyectos no prioritarios. Según los especialistas, se puede llegar al objetivo de mantener el superávit primario del 1% del Producto Interno Bruto (PIB).  

El Programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” de la administración federal actual, no es solamente un esquema para otorgar dinero a los muchachos que no trabajan ni estudian, es más bien una forma de aumentar el capital humano en la industria, y que, durante ese lapso, se capaciten miles de jóvenes que posteriormente podrán obtener alguna plaza laboral con mejores condiciones a la que aspiraban antes del programa,

 A partir del 1 de enero de 2019 se fijó el salario mínimo general en 102.68 pesos y en 176.72 pesos en la zona libre de la frontera norte, es decir, un aumento del 16.21 por ciento a nivel nacional, mientras que se duplicó el salario mínimo en los municipios de la zona fronteriza norte.  El incremento al salario mínimo contó con el aval del sector empresarial y de los sindicatos y forma parte de la estrategia para fortalecer la economía y el mercado interno.    

La propuesta económica del gobierno ha sido señalada como populista por líderes empresariales, políticos de oposición y algunos analistas financieros, que han criticado y afirmado que los esquemas de los programas sociales de esta administración son clientelares y no ayudan a erradicar la pobreza y la deuda que generó la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México.

La propuesta del gobierno López Obrador en materia económica es muy diferente a la que usaron los gobiernos del PRI y el PAN en los últimos años, y es por eso que el cambio es muy criticado por la hoy oposición.

El modelo económico que siguió México desde mediados de los años ochenta del siglo pasado hasta el primero de diciembre 2018, fue el de la liberalización comercial y financiera de los mercados nacionales. La producción para el mercado interno fue, por decir lo menos descuidada, a favor de una política de privilegiar la producción para la exportación, que pasó a convertirse en la base fundamental de la valorización del capital. 

El abandono del modelo de industrialización llamado sustitución de importaciones, que el país azteca tuvo como base para su desarrollo económico desde los años cuarenta hasta mediados de los de los ochenta del siglo XX, fue eliminado, para dar paso a la idea de un mercado sin fronteras, el cual ha provocado la internacionalización del mercado interno, en tanto que abrió las puertas de éste a casi todos los competidores del mundo, y muchas mercancías y servicios importada entran al país preferencialmente y con aranceles e impuestos al comercio exterior casi nulos, debido a los múltiples acuerdos comerciales que tiene México. La política de mercados abiertos en muchos casos ha ocasionado que sean desplazados los capitales nacionales más débiles.

México pasó de tener una economía cerrada y proteccionista, con muchas empresas del Estado que le daban pocas opciones al consumidor y que no promovía que las compañías  privadas se preocuparan  por producir y comercializar mejores productos, a una apertura indiscriminada que da muchas opciones al consumidor nacional, pero en detrimento de los productores locales que muchas veces compiten en condiciones desfavorables dadas las prácticas desleales que tienen muchas empresas para comercializar sus productos.

La apertura también le sirve a México como una forma de política económica para el combate a la inflación, ya que se pueden adquirir en el exterior mercancías con más bajos costos que las producidas en el país, lo que en un principio favorece al consumidor, pero a la larga deteriora la producción interna.

La Inversión Extranjera Directa (IED) que invierte sus capitales en México, muchas veces lo hacía no tanto para abastecer el mercado interno del país sino buscando poder exportar sus productos a uno de los mercados más grandes del mundo, que es el de los Estados Unidos y Canadá, aprovechando el tratado de libre comercio que tiene el país latinoamericano con esas dos naciones.

La situación geográfica, la facilidad que hay para importar insumos para la fabricación de los productos y los bajos salarios que tienen que pagar por la mano de obra mexicana, hacen a México una opción interesante para los capitales internacionales.

La política económica que está implementando el actual gobierno es un cambio radical con el modelo de mercado, que tuvo México por más de 30 años.

El modelo de mercado de economía abierta, tuvo resultados poco favorecedores, ya que el crecimiento de la economía mexicana en treinta años fue marginal, el aumento de la pobreza y desigualdad social fue la tónica de este periodo y el dominio de los monopolios privados que controlaban los mercados de casi todos los sectores.

Los resultados de los cambios emprendidos por la administración de López Obrador no se notarán en los primeros meses de su gobierno, pero lo que sí está presente, es que el peso no se ha depreciado, por el contrario, se ha apreciado, la inflación bajo y está dentro en los parámetros, la confianza del consumidor está en un nivel muy alto y el salario mínimo alcanza para más de la canasta básica.

La política económica que implementa el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, están creando esperanza en varios sectores de la población, pero para otros estratos genera incertidumbre.