Les cuento algo de mí, soy una mujer que toda su vida ha sufrido depresión, desde niña. La búsqueda personal que he tenido que hacer para entender mis sentimientos, mis emociones, ha sido larga y difícil. La depresión es una enfermedad tan terrible como cualquier enfermedad crónica, rodeada de un halo de silencio, prejuicios e ignorancia. Mi batalla contra la enfermedad ha consumido muchos años de mi vida, es el deseo de mi corazón, que si algo de lo que escribo le sirve a alguna niña o jovencita (aunque por supuesto que me encantaría que les sirviera también a niños y jóvenes).

Lo que voy a compartir, no es siempre autobiográfico, inserto experiencias de otras personas, que me han servido como si fueran propias. Con los años, llegas a entender, que en verdad que conviene aprender en cabeza ajena, por un principio de economía, para ahorrarte dolor.

Tengo 45 años, mi primer acercamiento terapéutico fue a los 24 años a raíz de la ruptura con el hombre con el que me iba a casar. Esa fue la primera vez que busqué psicóloga. Después de un tiempo, la terapeuta me ha recomendado ir al psiquiatra, porque independientemente del problema de la ruptura y el estado anoréxico en el que estaba, tenía depresión.

Nunca podrán imaginar, los que no se han visto en esta situación, el horror, y el miedo que una persona puede sentir cuando le dan un diagnóstico de este tipo, las enfermedades mentales, están rodeadas de un estigma prácticamente medieval, ¡Estás loca!, ¡Sólo los locos van al psiquiatra!

En fin que después de mucho pensar, he ido al psiquiatra, y les puedo decir que ha sido de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Gracias a la medicina, y a la terapia, puedo tener una vida bastante normal (estoy enferma de un par de cosas más, que si hay oportunidad, en otra nota les comentaré).

Cuando he llegado a estar muy mal, he pensado “sería preferible que me hubiera enfermado de cáncer, el cáncer te mata o te curas, la depresión, no te mata, pero te hace la vida imposible”. Esto lo digo con todo el respeto del mundo a los pacientes de cáncer, yo he perdido grandes amigos en manos de esta enfermedad, y este pensamiento lo he tenido cuando estoy en crisis.

Ya he escrito mucho, escribir me ayuda a sobrevivir en ocasiones. Espero que algo de lo que he escrito les sirva, para que se entiendan más y lleguen a sufrir menos.