?Que no haya ilusos, para que no haya desilusionados? dijo el fundador del PAN Don Manuel Gómez Morín y, esta frase fue multi usada en los discursos y planteamientos de Carlos Castillo Peraza, místico doctrinario considerado ?el último gran ideólogo del PAN?.

Ahora esta frase y su significado encajan a la perfección en el actuar del alcalde Jaime Díaz Ochoa en el XXI Ayuntamiento del ?desgobierno? de Mexicali. ¿Y por qué lo digo? Pues precisamente, por la más reciente acción del alcalde ?seguramente no la última-, al renunciar a nueve de los 14 titulares de las delegaciones que componen el municipio de Mexicali.

Grandes problemas se viven en el Valle de Mexicali y en San Felipe, y ahora se suma la falta de titulares de las delegaciones municipales para atender las más sensibles y cercanas necesidades de la ciudadanía en la zona rural y el puerto.

Algunos medios de comunicación dieron a conocer la sorprendente noticia, y más sorprendente es que no medie explicación alguna del alcalde. Esto tiene varias lecturas por supuesto, una de ellas es que confirma que los puestos en el gobierno municipal se dan y se quitan a capricho, voluntad y absoluta discrecionalidad.

Si el propósito es ?dicen algunos- actualizar y eficientar el trabajo del gobierno municipal, la duda entonces surge de manera natural, ¿qué los perfiles de las personas designadas en las delegaciones, no fueron analizadas con anticipación? O disculpen lo florido del lenguaje: ¿A qué lumbreras nos van a poner ahora? ¿Por qué designaron en un principio a quien no garantizaba eficiencia? Y ¿por qué a un año de concluir esta administración municipal, apenas piensan en poner a quien sea eficiente? ¿Fueron compromisos antes, o son bonos prepago ahora? Alguien que explique esta situación, ya que en este tema, también la opacidad es la característica.

No puedo estar de acuerdo con Aristóteles cuando afirmó que ?cada pueblo tiene al gobierno que se merece?. No, definitivamente creo que no merecemos tan poco.

Cuando hace tres años se presentaba Jaime Díaz como el candidato del PAN a la alcaldía de Mexicali, el mensaje colectivo fue que arrollaría, ya que su supuesta carrera política y antecedente como Presidente Municipal en el periodo 2001-2004 lo hacían seguro ganador de la contienda, y así fue. Sin embargo, desde el primer día de su gobierno los desatinos se dejaron ver. El desgobierno llegó y su capacidad política así como su experiencia municipalista han sido las grandes ausentes, tanto que ya ni nos acordamos de ellas.

Mientras las delegaciones se agitan entre delegados que no acepta la ciudadanía, conflictos de las comunidades por afectaciones que sufren por contaminantes y residuos, incrementos en consumo de drogas y el aumento de índices delictivos en lo que era nuestro tranquilo valle de Mexicali, a esto se le suma las delegaciones acéfalas.

Y ante tanta opacidad se avizora la especulación originada por la misma actitud del gobierno municipal. Delegaciones como enroques políticos, monedas de cambio, chantajes político-partidistas y gran cantidad de versiones son las que circulan, mientras nuestro valle y San Felipe siguen en el abandono, ya que desde años han padecido el desdén de las autoridades municipales que ante insensatez y codicia han mermado tanto, zonas que aportaban gran producción y riqueza, no sólo para las familias de agricultores, pescadores y empleo para trabajadores del campo, sino para una región económica, agrícola y pesquera que ahora tiene a pescadores trabajando en la albañilería y a agricultores en la miseria.

Para la reflexión en esta ocasión concienzuda y obligada, les comparto una frase ad hoc del propio Manuel Gómez Morín, fundador del PAN: ?En nombre de la esperanza, del bien y grandeza de México, renovamos el llamado para que el Municipio deje de ser caciquismo y mugre y se convierta en limpio servicio a la comunidad?.

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