Hace unos días estuve en la conferencia de EPN en la ibero, y me sorprendió ver a la gente con tanta rabia, nunca me imaginé esta reacción. Si estoy de acuerdo o no, no es lo importante, lo importante fue sentir tanta mala energía enfocada hacia algo.

 

Comenté en twitter que “a falta de argumento, y mucha ignorancia, es muy fácil mover a masas, a favor, o en contra de alguien”, minutos después, un periodista, militante de izquierda, me contestó: “no puedes dar por hecho la ignorancia y la falta de argumento”, pues si no las puedo dar por hecho, entonces qué significa el 48% de preferencia por el PRI; ahora, si los alumnos presumen estar informados y tener argumentos para defender a AMLO, le doy la razón a este periodista: en efecto, la ignorancia y falta de argumento no las puedo dar por hecho con gente “educada”, lo que sí puedo dar por hecho con esta gente es algo mucho peor, desesperación.

 

Vi indignados a muchos compañeros cuando se les llamo acarreados o porros; yo también estoy indignado porque ellos no son ni porros ni acarreados, y meto mis manos al fuego por ellos; porque ellos están convencidos de que AMLO es la opción, lo cual me parece mucho peor.  También veo a muchos periodistas defender estas protestas y marchas apartidistas, todas con el mismo fin, odiar a EPN.

 

Muchos compañeros hablan de revolución; pero yo no sabía que una revolución fuera lo siguiente:

 

AMLO en el debate, menciono a “los de arriba”, “los ricos” (me imagino que no hablará de quien él mismo llama su “gran amigo”, Carlos Slim”), y lo cito:  “Hay personajes que tienen yates que cuestan hasta 2 mil millones de pesos, lo que equivale a comprar 18 mil Tsurus”; su paro en reforma costó 3 mil MDP, 651 MDP en la campaña de 2006, 328 MDP en esta campaña, dando un total de 3,979 MDP, o aplicando su ejemplo, dos yates de dos mil millones (si esto es revolución, a mí me encantaría ser un revolucionario), 6 años desempleado, gastando 666 millones por año, todo esto sin contar los 6 años en campaña presidencial, con un fondeo que sigue siendo un misterio. Claro, todo esto pagado con nuestros impuestos o bloqueando avenidas

 

Hoy en día es muy fácil investigar los números de un candidato, a través de una herramienta llamada internet;  quiero suponer que todos estos periodistas, universitarios, y gente que se hace llamar intelectual tiene acceso a ella. Yo pude encontrar los siguientes datos, en no más de una hora:

 

--Dejó al DF como la entidad con mayor criminalidad en toda la República.

 

--En su administración los secuestros se duplicaron. Bajo su gobierno hubo 913 plagios de alto impacto y seis mil secuestros exprés denunciados. Lo que arroja, según cifras oficiales, unos siete mil secuestros durante los cuatro años y ocho meses de su mandato.

 

--El DF ocupó, con López Obrador, el primer lugar mundial (sí, mundial) con más asesinatos de automovilistas y con más asaltos a transportes de carga.

 

--De acuerdo con el documento “Problemática Social Generada por el Narcomenudeo”, de la PGR, el narcomenudeo creció en los primeros cuatro años del gobierno de AMLO en 762 por ciento.

 

--El principal movimiento ciudadano en contra de la inseguridad se dio precisamente durante su gestión, ante la ola incesante de secuestros, asesinatos y robos en la capital, y López Obrador lo calificó como “marchas de pirruris”

 

En internet, también se puede encontrar la definición de cinismo y desesperación:

 

Cinismo m. Desvergüenza o descaro en el mentir o en la defensa y práctica de actitudes reprochables.

 

Desesperación 1. La Alteración del ánimo causada por cólera, impotencia o enojo. 2. La Pérdida total de la esperanza. 3. Persona o cosa que lo causa.

 

Creo que en un país, con la situación en la que estamos, lo último que se necesita es unirse para odiar o vetar a alguien; como también creo que esto puede causar un grave problema, después de la muy probable victoria de EPN. La democracia se basa en votar, no en vetar. Si la gran mayoría decidió votar por EPN, habrá que respetar ese resultado, y el que no lo haga, estará en contra de la democracia.

 

Ante la desesperación, las decisiones que se toman, tienden a ser impulsivas, inapropiadas, y en la mayoría de los casos equivocadas.

 

 

Rafael Aragonés

 

@rafaelaragones