?Yo sólo sé que no sé nada?: magnífica frase de Sócrates. Aplica para muchas circunstancias y ciertamente a la situación en la que los mexicanos nos vemos terriblemente imersos: una situación en la que nunca podemos saber lo que realmente pasa, porque tanto como los periodistas pagados por el gobierno como los ?periodistas en resistencia? nos mienten.

Sí: hablo de lo publicado hoy, 1 de abril, por Denise Dresser en su cuenta personal de Twitter (@DeniseDresserG). 

Este tweet publicado por Dresser, fue hoy a las 18:19 horas. Posteriormente, el empresario Carlos Peralta le contestó por el mismo medio, a las 19:53 horas, lo siguiente:

"El helicóptero es de mi propiedad y el que llegó a la universidad fui yo y nunca la señorita Peña, como pretende engañar".

¿A dónde quiero llegar con este breve relato de los hechos? A que los mexicanos no podemos depositar nuestra confianza en un 100% en absolutamente ningún periodista. Yo la perdí hace tiempo, pero me doy cuenta de que hay miles de personas que se ?rasgan las vestiduras? por Loret de Mola, Aristegui, Micha, Gómez Leyva y, sí, también por Dresser. Todos estos periodistas son de distintos estilos y ramas, por supuesto, pero los nombro en la misma oración por el hecho de que todos son periodistas que tienen un ejército de apóstoles. Esto no está bien.

Ya se comprobó que el helicóptero que arribó a la Universidad Anáhuac es propiedad del empresario Carlos Peralta y él mismo publicó la aclaración en su cuenta personal de Twitter (@cperaltaq). Denise Dresser, por otro lado, no ha contestado a los reclamos por la calumnia ni ha publicado ningún tipo de prueba de que fuera Paulina Peña quien viajaba en ese helicóptero y que, además, fuera con cargo al erario. Una calumnia grave. 

Y es aquí donde quiero detenerme antes de seguir con mi punto para aclarar mis preferencias políticas (o más bien, en este caso, mi repudio). Repruebo, condeno y detesto a Enrique Peña Nieto y a la clase política corrupta. Me avergüenzo de que Peña sea mi presidente y no pasa un día en el que no lo critique. Además, soy casi en su totalidad antipriísta. Dicho esto, aclaro que no estoy defendiendo a Peña. Estoy defendiendo la verdad.

A mí no me afecta en lo más mínimo que todo mundo se agarre criticando a Peña Nieto: es más, ¡me les uno! Lo que sí me afecta y afecta a toda la oposición es que dichas críticas sean mentiras. ¿Por qué? Porque solo nos desacreditan a quienes buscamos siempre defender nuestras ideas con la verdad.  Sí me afecta y afecta a todos los mexicanos es que no hayan periodistas 100% confiables en ninguna parte. Al menos, Denise Dresser no lo es.

Me molesta particularmente más cuando es un periodista opositor quien comete calumnias contra el gobierno que cuando es el gobierno quien comete calumnias contra un periodista. ¿Por qué? Porque del gobierno se espera y uno ya no les cree ni un poquito. Pero cuando un periodista de oposición calumnia al gobierno, contribuye a que se desacredite todo el movimiento de oposición en sí mismo. Por ende, me molesta más que, por ejemplo, Dresser calumnie a Peña a que Peña calumnie a Aristegui: porque del gobierno se espera y ya uno ni los pela; pero de Dresser se espera otro nivel. 

Si Dresser miente reiteradamente y se aprovecha de que sus lectores somos escépticos y opositores del gobierno peñista para difundir calumnias que justifiquen ataques contra Peña, ¿en qué es diferente ella de los periodistas ?chayoteros?? Nada más en que sirve a un ?amo? diferente: pero utiliza los mismos métodos que quienes critica y denuncia, como lo son la manipulación y la calumnia.

Esta situación de la calumnia de Dresser contra la hija de Peña, que quizá no sea en sí misma muy relevante, pero que por todo lo que implica (explicado en los dos párrafos anteriores) es relevante para la reflexión, quiero expresar mi sentir conforme a la situación periodística de México.

Yo no les voy a decir aquí qué políticos son confiables y quiénes no, por quién votar y por quiénes no, qué columnistas y libros leer y cuáles no, ni mucho menos qué ideas defender ni cuáles no... No estoy pretendiendo hacer que piensen como yo, sino simplemente que reflexionen en lo siguiente: no depositen su confianza 100% en Denise Dresser. Ni en Loret de Mola, ni en Gómez Leyva, ni en Aristegui. No depositen su confianza 100% en ningún periodista, ni ?chayotero? ni ?de resistencia?. No se casen con ningún medio de comunicación o comunicador en específico: siempre cuestionen cuando se hacen aseveraciones sin evidencias.

No me molesta que critiquen a Paulina Peña y a Peña Nieto, ¡vaya, lo disfruto! Me molesta que por culpa de que esta ?periodista en resistencia?, Denise Dresser, haya (reiteradamente) incurrido en mentiras, se contribuya a que se desacredite el movimiento de oposición al régimen autoritario peñista.

Reitero: si los periodistas ?chayoteros? (que ya están muy bien identificados) nos dicen lo que el gobierno quiere que creamos y los ?periodistas en resistencia? nos mienten, ¿en quién podemos confiar? En nada más y en nada menos que en la verdad que, por medio de la evidencia, se pruebe. No hay que dar por hecho nada solo porque Dresser lo dice. Ya aprendimos en varias ocasiones que denuncia censura y mentira, pero que le gusta calumniar y plagiar. Hasta parece que Dresser le apuesta al lema de Joseph Goebbels: ?Difama, difama, que algo quedará.?

Yo solo los invito a no ?rasgarse las vestiduras? ni por Dresser ni por nadie. Hay que investigar y pensar por nosotros mismos

Aviso: Todo lo escrito es a título personal. Lo expresado en este espacio es exclusiva responsabilidad de la autora y no representa de forma alguna el criterio de ninguna institución a la que pertenezca.