La Reforma Laboral aprobada ayer jueves por la Cámara de Diputados Federal tiene diferentes lecturas, empezando por la condición que representa para terminar de concretar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

Ya el tiempo dirá si dicha reforma ha sido la óptima para nuestro país en la actualidad, o si solo conviene al irreverente vecino; si es la mejor para los trabajadores o para los patrones; si es la panacea o viceversa.

En fin, toda reforma es perfectible. Lo ideal sería que la recién aprobada en materia laboral fuese equilibrada en beneficio de los trabajadores, del sector productivo de México, de los burócratas y del gobierno.

Falta el análisis, discusión y ratificación, en su caso, del Senado de la República. Y lo hará, porque donde manda el vecino del norte no gobierna México. Caray, todo lo que se tiene que hacer por estar en el T-MEC.

Todos los puntos de la Reforma Laboral son importantes, y todo valen la pena una lectura completa y análisis porque, además, una cosa es la simplicidad informativa y otra es la lectura e interpretación jurídica.

A los legisladores se les hace fácil hacer leyes, pero los problemas vienen cuando hay que aplicarlas: Hasta una coma mal puesta influye en la interpretación de la norma.

En fin, un punto importante es el tan cacareado fortalecimiento de la democracia sindical bajo los ejes de rendición de cuentas y transparencia, y el proceso de selección de líderes sindicales sujetos al voto personal, libre, directo y secreto.

En el tema, la Reforma Laboral incluye garantías al trabajador desde lo individual para hacer valer sus derechos laborales, para que no pueda ser sujeto a represalias ni ser obligado a formar o no, parte de un sindicato, federación o confederación.

Suena a cuento de hadas, ¿no? ¡Al fin libres! ¡Se terminan las dirigencias sindicales opresoras y manipuladoras, vendidas al patrón (incluido el gobierno)!  Incluso, se termina el sindicalismo como brazo electoral. ¿Será posible tanta belleza?

¿Qué dirán los gremios como la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), la Confederación de Trabajadores de México (CTM), el Sindicado Libertad, etc.?

Muchas gremiales hasta el momento usan el voto a mano alzada en las elecciones de sus dirigentes. Incluso, así se hace cuando se habla de “consultar a las bases” sobre asuntos relevantes: Terminar un paro laboral, un bloqueo carretero, aceptar un contrato colectivo.

A veces las bases no quieren, pero como las decisiones se toman a mano alzada, todos obedecen; caso contrario vienen las represalias.

Pues ojalá funcione la democracia sindical en cuanto hacer efectivo el voto personal, libre, directo y secreto. Y también la libertad de afiliarse o no a un sindicato. Claro, porque en ocasiones éstos traen más perjuicios que beneficios.

A lo largo de la historia mexicana el sindicalismo se ha pervertido; los sindicatos dejaron de ser los organismos de lucha para conquistar mejoras laborales y para hacer respetar los derechos de los trabajadores.

Los sindicatos poco a poco se convirtieron en negocio de líderes, quienes gozaban de todo tipo de privilegios; incluso, el partido gobernante les asignaba determinado número de candidaturas a cargos de elección popular.

En ese mismo tenor el eje de rendición de cuentas y transparencia es una muy buena noticia, pues si la Reforma Laboral funciona se terminarán los dirigentes sindicales millonarios a costa de las cuotas de los agremiados.

Aunque una reforma no es la solución de la corrupción de líderes sindicales, quienes a lo mejor ya no podrán pellizcar tan fácilmente el dinero de los trabajadores, pero sí recibirán todo tipo de canonjías por parte de los patrones (incluido el gobierno) a cambio de ir en contra de los derechos laborales.

En fin, a simple vista (pues hace falta leer la letra chiquita) el fortalecimiento de la democracia sindical es uno de los mejores aspectos positivos de la reforma laboral.

Otro es el régimen de los trabajadores del hogar, al estipular la obligación de los patrones de éstos a inscribirlos al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y pagar las cuotas correspondientes.

Un tema de real justicia laboral, porque las personas que trabajan en el hogar la mayoría de las veces lo hacen de sol a sol, y se convierten hasta en confidentes o en parte de la familia.

Sin embargo, no los tratamos ni con el mismo cariño, ni con las mismas consideraciones, ni con una justa retribución salarial, y los dejamos a su suerte en seguridad social.

OTROS ASPECTOS DE LA REFORMA

La Reforma Laboral es en relación a las siguientes leyes: Federal del Trabajo, Orgánica del Poder Judicial de la Federación, Federal de Defensoría Pública, del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) y del Seguro Social (IMSS).

Son adecuaciones derivadas de la reforma constitucional en materia de justicia laboral publicada el 24 febrero de 2017, derivada de tratados internacionales suscritos por México, como los Convenios 87 y 98 de la OIT, el capítulo 19 del Tratado Integral y Progresista de Asignación Transpacífico y el anexo 23 del T-MEC.

Entre otros aspectos, la Reforma Laboral establece:

La desaparición de las juntas de conciliación y arbitraje, para crear los tribunales laborales que formarán parte de los Poderes Judiciales federal y locales.

Crea el Fondo del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral para atender lo relativo a los contratos colectivos y asociaciones sindicales.

Esos, entre los más importantes