A once días de que se lleven a cabo comicios para elegir a los integrantes de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, la situación que prevalece en la Delegación Política La Magdalena Contreras es de tranquilidad, sin que hasta el momento se identifiquen situaciones o condiciones de riesgo que pudieran alterar o afectar el desarrollo del proceso en su conjunto.
En contraste, al interior de las distintas fuerzas políticas que confluyen en la demarcación, prevalecen ambientes de incertidumbre y expectativa limitada, en torno al nivel de asistencia ciudadana a las urnas y por ende del número de sufragios que recibirán ese día.
En términos generales, se tiene una prospectiva coincidente que apunta a que la participación del electorado difícilmente superará el 30% de la lista nominal, integrada por poco más de 184 mil personas.
Para la mayoría de los actores políticos en el entorno, la elección del 5 de junio será una prueba de vida, en la que cada partido está obligado a mostrar su fuerza estructural (voto duro), particularmente el PRI y el PRD, el primero por su condición de partido en el gobierno local, y el segundo por la cantidad y capacidad de facciones que históricamente confluyen en su interior.
Al panorama enunciado se suma la situación que prevalece en el MORENA, integrado de origen por grupos perredistas y priistas que se sintieron marginados por las pasada y actual administraciones delegacionales, y que vive su propia crisis estructural a temprana edad, a la víspera de su relevo institucional local previsto para los meses de septiembre u octubre del presente año.
En suma, los resultados de los comicios de 5 de junio sentarán bases para el reacomodo al interior de las distintas fuerzas, y en un segundo momento de la clase política local.
Evidentemente, de estos comicios depende el nivel de credibilidad, fortaleza y capacidad de atracción de las simpatías de “grupos o facciones mayores” a nivel estatal y nacional, que hoy, lamentablemente, consideran de manera limitada o ven a la distancia a Magdalena Contreras.
El hecho de que cada partido compita de forma independiente y administre, a su entender, los recursos que se le asignan desde sus instancias estatales y federales, parece obligarles a modificar sus prácticas de captación y cooptación de votos, apelando más al pase de facturas políticas y sociales por beneficios otorgados en el pasado, que por incentivos o dádivas a los que la gente se encuentra acostumbrada.
El absurdo del tema es que los diferentes grupos y partidos, en el afán de mostrar su fuerza hacia las respectivas instancias superiores, elaboran escenarios que consideran al mismo votante, y que a lo único que apunta es a una mayor incertidumbre en el resultado.
Para analistas políticos locales, la prospectiva tangible es un autoengaño partidista, en el que, por primera vez en la historia de Contreras, se asume que los grupos con arraigo podrán llevar a votar a sus simpatizantes, pero no garantizar la tendencia final.
Esa última afirmación se sustenta en la escasa participación que registraron los eventos políticos masivos celebrados en lugares públicos dentro de la demarcación, particularmente los del MORENA y del PRI; ello a pesar de contar con figuras de peso político nacional como AMLO, o el apoyo logístico y económico de la administración delegacional,
De igual forma, se observa la problemática que enfrentan los distintos partidos para integrar su estructura electoral, especialmente sus brigadas de promoción al voto, así como para el registro y capacitación de sus representantes generales y de casilla.
De hecho, al cierre del registro formal ante las autoridades electorales, ningún partido cuenta con la totalidad de sus RC, ello sin considerar posibles movimientos administrativos (altas y bajas) antes del viernes 27 de mayo.
La razón fundamental de esa deficiencia, se cifra en los escasos apoyos que los partidos políticos han comprometido con quienes podrían ayudarlos en esas tareas, so pretexto de la fiscalización electoral.
Muchos interesados en el tema, guardan la idea de que en los próximos siete días, las cúpulas partidistas, grupos de poder o facciones que quieren refrendar su liderazgo en la localidad y la Ciudad en su conjunto, habrán de buscar y autorizar recursos extraordinarios al margen de la Ley, a efecto de movilizar la estructura electoral en las regiones más importantes de la Delegación y garantizar un significativo incremento de votos.
No obstante, en ningún caso, por optimista que resulte, difícilmente se prevé alcanzar los niveles de votación obtenidos en los comicios federales y locales de julio del año 2015.