La estrategia avestrucera del equipo que busca llevar a Enrique Peña Nieto (@EPN) a Los Pinos es conocida hasta por quienes sólo tienen oportunidad de sufrir los contenidos que ofrece la televisión abierta. Las entrevistas en vivo han sido la excepción en la campaña priista; las visitas a lugares donde el público no está controlado han sido descartadas, lo mismo foros, debates o universidades. Nada sin previas preguntas o acarreados.

Hasta el momento, el desdén a las invitaciones de MVS Radio y el Tec de Monterrey han significado, con el amortiguamiento de Josefina Vázquez Mota, un bajo costo político para el atlacomulquense. Está claro que ni Tv Azteca ni Televisa organizarán por su cuenta un encuentro entre los candidatos, a no ser que sea simulado, y los consejeros del dizque arbitro electoral se enojan si se les pregunta la razón de la negativa a realizar algún debate más.

Asi las cosas, entre la ayuda del IFE, el PAN, el Panal y los grandes medios de comunicación: los priistas sonríen por mantener el riesgo en sólo un debate en vivo más.

Desde esta tribuna se emplaza al doctor rector José Narro Robles a responder de acuerdo al peso de la institución que representa, a romper con la vacuidad institucional ante la falta de equidad en el actual proceso electoral y llame a la organización de un tercer debate presidencial, con producción y realización universitaria, con nuestra máxima casa como anfitriona.

Con seguridad, tanto Gabriel Quadri como Andrés Manuel López Obrador aceptarán al instante la invitación. El equipo de la candidata panista sudará de sólo pensar cubrir la usencia del priista, mientras que el rechazo de Enrique Peña Nieto rebasará lo que hasta ahora tiene presupuestado como riesgo aceptable.

La UNAM tiene entre sus tareas la de procurar el derecho a la información de la sociedad. La organización de un debate presidencial en suelo universitario coadyuvará con ese propósito.

¿Quién apoya la iniciativa?

mauromero@comunidad.unam.mx