El doctor y catedrático del ITESM, Carlos Urzúa, el primer Secretario de Hacienda en la iniciante Cuarta Transformación, en su ya tan esperada columna semanal publicada por El Universal, dejó acorralado al presidente en el día uno del año dos de su gobierno.

Recesión e inversión, tituló la columna de opinión y análisis económico, el primer gran hombre en renunciarle a López, en el texto explica la relevancia del Producto Interno Bruto.

El PIB es la suma de todo lo que gastamos los mexicanos en lo que consumimos, desde nuestro café, hasta la nueva chamarra para el invierno; el gasto que genera el gobierno, es decir, lo que desembolsa de nuestros impuestos, un egreso eficiente generaría más riqueza para todos, por ejemplo, una carretera que reduce los costos del vendedor de naranjas y provoca que el precio de las naranjas sea menor y así; con el dinero que generamos podamos comprar más naranjas que antes; también incluye la inversión, lo que gastan los empresarios para generar riqueza, empleos y producción; no podemos dejar a un lado el dinero que entra al país por medio de nuestras exportaciones, aunque claro, hay que restarle lo que gastamos en los productos que importamos.

Esta suma de dinero compone, a grandes rasgos, la economía mexicana.

Una economía que va en crecimiento se puede deber a un mayor consumo, es decir, compramos más cosas que antes; a un mayor gasto del gobierno en infraestructura, tecnología, etcétera; a una mayor inversión por parte de los empresarios debido a las expectativas positivas que tiene el país; o, a una mayor cantidad de exportaciones que de importaciones.

En el caso de México, el PIB se ha disminuido un .01% es decir, hubo por ahí alguna fuga de dinero que no está más en nuestro país. En la nación donde el presidente suele tener otros datos, la realidad pareciera confusa entre sus dichos y lo percibido por los economistas.

Por ejemplo, el presidente presumía, se jactaba de los planes de inversión de las empresas extranjeras, lo que planeaban gastar en México otros países pero en la realidad, las empresas extranjeras gastaban 4% más que lo que gastaron en estos primeros nueve meses del 2019. Dicho en otras palabras, en lugar de que las empresas extranjeras hayan gastado más en nuestro país o por lo menos lo mismo, dejaron de gastar 4%.

Y luego... los números no son como nos los pintan.