Por enésima ocasión imágenes de la violencia en la entidad poblana le dieron la vuelta al país. Los videos volvieron a mostrar el caos social en que se encuentra decenas de poblaciones del ´Triángulo Rojo’.

Civiles que muestran una exacerbada violencia agreden a efectivos del Ejército Mexicano, quienes hacen todo lo posible para evitar una confrontación. Los militares se suben a las unidades para evitar los golpes de los pobladores.

Estas imágenes registradas en suelo poblano fueron determinantes para que la Secretaría de la Defensa Nacional tomara la decisión de responder a las agresiones de civiles. Es decir, los militares no volverán a permitir ataques en su contra.

El comunicado señala: ‘La Secretaría de la Defensa Nacional hace del conocimiento de la sociedad, que ante la ocurrencia de un delito y en los casos en los que el personal militar o de la Guardia Nacional acudan con el objeto de garantizar la seguridad y paz en el país, y sean objeto de una agresión se actuará en su defensa legitima conforme a los principios del Uso de la Fuerza y su gradualidad, para proteger la vida e integridad física de los miembros de las Fuerzas Armadas, con estricto apego al orden jurídico vigente y a los Derechos Humanos’.

Es evidente que en todo el país hay pobladores que constituyen la base social de la delincuencia y están acostumbrados a agredir -impunemente-, a los uniformados. Sin embargo esto se acabó. Ahora quienes ataquen a las fuerzas castrenses deberán atenerse a las consecuencias.

Como es sabido, la base social de esos grupos de malhechores tiene la costumbre de colocar a mujeres y niños al frente de contingentes agresivos. Son los llamados ‘escudos humanos’; al frente colocan a menores de edad y detrás van los sujetos que lanzan piedras e incluso realizan disparos.

De entrada podemos adelantar que, muy probablemente, esa será la táctica -dolosa y perversa-, de los grupos delictivos que operan en Acajete, Palmar de Bravo, Cañada Morelos o Esperanza.

De manera estrictamente responsable los medios de comunicación debemos adelantar que ese puede ser el ardid de los criminales.

Si el día de mañana un menor de edad resulta afectado en un enfrentamiento entre grupos de huachicoleros y el Ejército Mexicano, debe indagarse, si ese pequeño fue colocado de manera expresa y premeditada en el lugar del choque.

Si un menor cae bajo disparos de oficiales la tendencia de los medios nacionales será la de condenar a los militares, como una manera de atacar al gobierno de López Obrador.

Por ello, desde este momento se debe anticipar que, no solo en Puebla, sino en otras regiones de México, los delincuentes utilizan la estrategia -cobarde e infame-, de enviar a mujeres y niños como ‘escudos humanos’.

Esa es una realidad en nuestro país y no podemos omitirla.

Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com