Recuerdo que ese día puse mis fichas en favor de Javier Laynez Potisek. En este Casino se debatían los nombres de los posibles relevos en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y los rumores imperaban.
El foro y los especialistas rechazaban la posibilidad de que el Presidente de la República tomara una posición deliberada en favor de uno o de otro.
En esta sala de apuestas hubo un respiro, y más tarde siguió el juego.
Yo me fijé en que el señor Laynez podía ser el indicado.
Aún tenía los momios en su contra, pero yo sabía que esta situación iba a cambiar, en cuanto el tiempo hiciera su trabajo.
Las apuestas cambian en un segundo, o menos.
Desde mi punto de vista, no había un mejor prospecto para el cargo de ministro.
Preparación académica y experiencia en campo. Los atributos estaban a su favor. La configuración de un buen desenlace iba en buena marcha.
Hoy, por ejemplo, los momios se han volteado a su favor.
Si uno le quiere poner fichas, le regresarán cacahuates.
Los cacahuates no son dinero, pero sirven como alimento.
De la sombra surgió el apellido Laynez y se ha posicionado como el más indicado.
Sus contrincantes no tienen la menor oportunidad ante él. De las dos ternas que ha mandado Presidencia, el más seguro es el señor Laynez.
Hoy puedo repetir lo que dije aquel 30 de septiembre: ?? Prepárese, es posible que usted vaya a despachar en el máximo edificio jurisdiccional??.
El dealer de este Casino de apuestas políticas mencionó unos cuantos datos de su currículum y tomé el riesgo.
Cifré en su trayectoria mis esperanzas.
La suerte de la política se le había volteado a otro personaje del poder: Raúl Cervantes Andrade. La presión para el Jefe del Ejecutivo fue demasiada y tuvo que desistir.
La política es así: se gana? se pierde.
Y también dije lo siguiente: ?? Laynez ha laborado con diversos presidentes de la República y ahora dicta sentencias administrativas y fiscales. Es un servidor público alejado de colores partidistas. Es un técnico fiscalista destacado. Lo mismo ha sido eficaz con un gobierno que con el otro. Creo que hoy, la fortuna se ha puesto de su lado. Esto sucedió cuando fue designado magistrado. El requisito de la trayectoria judicial está cumplido. Prepárese señor Laynez. Es posible que vaya usted a despachar en el máximo edificio jurisdiccional??.
¿Qué se debe hacer en estos casos?
Lo que se debe hacer es cambiar dinero por fichas.
Vuelvo a sentarme en la ruleta. Este Casino es un barril sin fondo.
Le pido al dealer que cambie el video que aparece en la pantalla gigante.
¿Tienes algo sobre Laynez Potisek?- le pregunto.
Los dealers de este Casino conocen a todos los políticos de este país.
El video comienza y el señor Laynez camina sobre arenas movedizas, y trata de guardar el equilibrio. Es un montaje hecho al vapor. En esta casa de apuestas hay excelentes improvisadores.
El señor Laynez hace uso de todas sus habilidades para salir bien librado de un terreno bastante escabroso. En el rostro se le nota el inmenso esfuerzo. Suda profusamente.
-Ahora sube el volumen- le pido al dealer.
Se escucha la música de la serie James Bond, y Laynez lucha contra una turba de burócratas, abriéndose paso para llegar al Máximo Tribunal.
El diseñador escogió un fondo verde. ¿Tendrá algo que ver con la marihuana?
A propósito, creo que hoy la SCJN se ha descubierto como un órgano vanguardista. El órgano más vanguardista del Estado. Matrimonios del mismo sexo, libertad de la mujer ante el aborto?
La ruleta gira, y yo espero el desenlace. El número del ex procurador fiscal juega.
Se escuchan disparos como efectos especiales del video.
También hay fuegos artificiales. Se trata de una ovación anticipada. Los juristas están de plácemes, festejan que el señor Laynez vaya a cumplir un sueño. Todos los abogados quieren llegar ser ministros.
Entre la algarabía, veo el número del todavía magistrado del Tribunal Fiscal y doblo la apuesta. Hoy paga menos porque los momios lo son personajes bastante marros.
En voz baja animo mi número: ?Prepare usted la toga y el birrete?.
El dealer me pide que retire las manos de la mesa de juego, para evitar confusiones.
Le doy un trago a una limonada. Hoy no tengo ganas de alcohol. Las borracheras aquí son alucinantes. Termina uno arriba de las mesas.
Hoy quiero portarme serio, porque esta puesta lo amerita.
Veo en el video que el señor Laynez se guarece entre pacas de trigo, en un lugar impreciso. Los malhechores de la burocracia lo han rodeado y sólo tiene una escapatoria: debe salir de ahí disparando. Si gira a su izquierda verá la calle de Corregidora. Después, sólo deberá caminar unos pasos para llegar a su nuevo empleo.
-¡Apúrele!- le grito.
El dealer también está pendiente del video?
Somos cuatro apostadores en la ruleta, y cada quien está atento a un número, y cada cual está ambientado con un video. El del señor Laynez, creo, es el más dinámico, sobre todo por la música de James Bond.
Abandono la ruleta. Le pido al dealer que, si gano, me guarde el premio.
Salgo del Casino. La limonada se había terminado de un trago. Ella, que ya no se aguantaba, decidió terminarse, lo cual hizo en un sorbo.
Camino sobre la calle, en las que los autos parecen papales de un tribunal.