Cayó el PRI. El Presidente Peña Nieto ha sufrido su peor derrota y López Obrador ha cosechado su mayor triunfo. De estos momentos se alimenta la democracia. Camino y aplaudo. Le aplaudo al Presidente por aceptar que la tendencia no le favorece en el Estado de México. No lo dice él, pero le pide a Del Mazo que lo diga por él. El Peje se merece la victoria. Es el político más importante que tiene este país. Nadie como él para creer en su plan. Nadie ha trabajado tanto como él.

Cuando fundó Morena empezó a escribirse esta noche. El tequila raspa. La gente ha acudido a votar y se ha impuesto la lógica. El desgaste del poder y el gasolinazo han desbarrancado las aspiraciones de la tercera generación de los Del Mazo. Esa familia no me cae ni bien ni mal, pero tratar de imponer una monarquía en las narices de un sujeto como AMLO es temerario. Peña Nieto se equivocó al postularlo, o quizá a sabiendas del desenlace lo postuló como el favor que no podía rehusar. La familia es la familia. Además, del PRI lo que más destaca es que es una cueva de ladrones. Así cómo querían ganar. La gente no es pendeja. Les aplicó el “toma tu voto”. En este pinche mundo todo se paga. La neta, el hoyo del PRI lo empezó a hacer Carmen Aristegui.

Hay que persignarse cuando hablemos de ella. Tengo en mi buró una veladora de la señora Aristegui. Es una santa. Le rezo cuando no puedo dormir. ¿Saben por qué? Porque es la única persona que le ha puesto el dedo en la frente a un Presidente en funciones. La Casa Blanca de la Lomas fue el principio del final de este sexenio. Contéstenme lo siguiente:

¿Cuántos periodistas de élite se habrían atrevido a publicar el reportaje de la Casa Blanca? Les apuesto que ninguno. Ni Ciro Gómez Leyva ni Pascal Beltrán del Río ni Federico Arreola. Ningún periódico lo habría publicado. Ni El Universal ni Reforma. Hiriart y Beteta deberían persignarse ante la santa Aristegui. De qué sirve que Fernández Menéndez y Riva Palacio sean unos chingones si habrían declinado publicar la Casa Blanca de Peña Nieto. En ese reportaje está la semilla que esta noche cosechamos millones de mexicanos que queremos que gobierne otro partido. La otra semilla es Morena.

Ningún otro político hoy podría crear un partido tan importante. La gente no es pendeja y sabe que así como AMLO tiene defectos, tiene más virtudes. Le atinó con Delfina Gómez. Se trata de una señora auténtica. Habla como se le pega su chingada gana. Los que hablan bonito son unas ratas. Se preparan en Harvard para robar. Delfina me cae bien porque su papá fue un albañil. Por eso voté por ella y por eso voy caminando rumbo al festejo. Hace cuatro meses le dije al oído que iba a ganar. Nunca antes había cruzado palabra con ella. La vi y me latió. Cuando se lo dije como que no me creyó. Tiempo después apareció la primera encuesta y, supongo, empezó a creerme. El tequila raspa. El Peje será un gran Presidente. Entre más lo atacan más lo fortalecen. Fue un buen Jefe de Gobierno. En este dato baso mi pronóstico. Lo demás, la neta, es guerra sucia, es chamba de opositores. Los periodistas “objetivos” que lo atacan me dan hueva. Están con el régimen. Se dan golpes de pecho pero cobran la publicidad oficial. Piden favores que les conceden.

Les brillan los ojos por codearse con el Presidente. La objetividad no es el gran objetivo del periodismo, sino la crítica del poder. La única gran periodista de este país es Aristegui. Todos los demás son reporteros que reportan incidencias. Nada nuevo bajo el sol. Bueno, de que hay valientes, los hay: Javier Valdez, Héctor de Mauleón. Pero la valentía es valentía, no periodismo. El único premio de periodismo valido es el que desenmascara corruptos. Los mismos que llaman a AMLO autoritario le aplaudían a Salinas. Por eso les digo que la objetividad es el vaso medio vacío. El poder se ejerce con fuerza o te carga el payaso. México necesita un líder fuerte. Y hoy la gente le ha dado el primer voto de confianza a Andrés Manuel. Ha votado por Delfina, una mujer que ha surgido para demostrar que se puede venir de abajo y crecer inconmensurablemente. La palabra inconmensurable qué bonita es. Esta noche el PRI ha sufrido su segunda gran derrota, y el PAN también. El PRD ha demostrado, por su parte, que sigue buscando el rumbo desde que López Obrador lo abandonó. Dos años han pasado desde el nacimiento de Morena. El resultado de hoy tiene lógica. Recordemos que en las elecciones pasadas del DF se llevó cinco delegaciones y la mitad de la Asamblea Legislativa cuando nadie lo imaginaba. Morena ha crecido porque el discurso del Peje es el mejor. El señor es un gran orador, habla despacio pero lo hace con gran contundencia. Es un mago para estructurar las palabras. Los demás tienden al aburrimiento. Los silbidos ensordecen. Delfina ha subido al templete y ha comenzado a llorar. El triunfo no la deja hablar. ¿Dónde está su padre el albañil? Delfina no puede decir nada. No es capaz de agradecerle a la gente su apoyo porque las palabras se le han atorado en la garganta. Los grandes discursos de la historia son los que no se han podido pronunciar.