La idea de que las universidades son “la reserva moral de la sociedad” ha ido dejando de formar parte del imaginario colectivo. La política con todos sus artificios, zancadillas y campañas negras se reproduce, en buena parte, de los microcosmos universitarios públicos.
La protesta pacífica del claustro de profesores de la FES Aragón de la UNAM, que sigue adelante, pone a prueba la capacidad de distender situaciones de conflicto y de reencauzar las vías que menores costos haya el prestigio de la UNAM.
Existen cinco grandes rubros, algunos de los cuales ya me he referido en esta columna con detalle, que son la causa de este desencuentro creciente entre el director de la FES Aragón y su claustro de profesores de tiempo completo:
1.- La copia textual de un número amplio de un trabajo académico publicado previamente por el Mtro. Gilberto García Santamaría González sin citar fuentes y, en consecuencia, atribuyéndose como propias ideas que pertenecen a un tercero. La conocida figura del plagio en la vida académica es una falta grave porque se supone que en los centros superiores de investigación y docencia se genera conocimiento inédito para resolver problemas de la sociedad en sus más distintas áreas. De igual forma esa acción constituye una violación a varios artículos de la Ley Federal de Derechos de Autor.
2.- La designación como secretario administrativo de la FES Aragón-UNAM a José Francisco Salgado Rico, un personaje a quien le fueron fincados 17 procesos de responsabilidad administrativa a su paso por la PGR como servidor público. De esos 17, en 5 de los procesos fue declarado no administrativamente responsable. En otro fue sancionado con amonestación pública que fue combatida por el hoy secretario administrativo vía el juicio de nulidad en la que obtuvo que fuera anulada la sanción administrativa. En otras 4 operó la prescripción; es decir, no se entró al fondo por el simple paso del tiempo. Pero hay 7 casos más que se encuentran activos. Es verdad que hay que respetar el principio de presunción de inocencia, también lo es que la FES Aragón no debe presumir de altos funcionarios con estos antecedentes.
4.- En un hecho inusitado en la UNAM, el propio director de la FES Aragón firmó la convocatoria de su propio concurso de oposición por una plaza de profesor de tiempo completo, haciendo un retrato hablado de su persona, el cual ganó, faltaba más. Aquí se configura claramente un caso de corrupción por la figura del conflicto de interés, por lo menos, establecido claramente en el artículo 8, fracción XI de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos.
5.- El abuso de la excepción (la asignación directa o la invitación restringida) se ha convertido en la regla general en la asignación de contratos, lo que al menos genera suspicacia de que algo anda mal en el ejercicio de los recursos de la más austera de las FES de la UNAM.
6.- La FES Aragón tiene en su planta docente a más de 1500 profesores, de los cuales menos del 10% son de tiempo completo. En la actual gestión se han otorgado 17 plazas temporales por 3 años susceptibles de ser abiertas para concurso de oposición, pero se ha hecho con gente cercana al Director de la Facultad dejando fuera a los profesores de asignatura expertos en los diversos campos muchos de los cuales llevan más de 30 años dando clase de asignatura sin ser tomados en cuenta para una promoción en el marco de la ley.
7.- El director de la FES Aragón ha organizado toda un estrategia, por llamarla de alguna manera, para desacreditar a sus propios profesores a través de anónimos, obligar a los alumnos a firmar cartas de “apoyo” al actual Director y a acosar a los profesores de asignatura, la mayor parte de los cuales tiene que firmar periódicamente su contrato de trabajo los que los deja en un estado de indefensión.
Estoy convencido de que este problema debe ser resuelto conforme a derecho. En general, el mexicano es agachón, miedoso y prefiere aplicar la frase que en lugar de decir: “Pase usted” dice: “Pise usted”. El problema es que cuando despierta ese soporífero universitario es muy difícil aplicarle la técnica de la “aburridora” que consiste en agendar reuniones una y otra vez en espera de que por aburrimiento los inconformes regresen al redil, resignados. No veo aquí ese escenario.
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