Los grandes líderes mundiales están conscientes del valor de su imagen, de las repercusiones mediáticas que representa cualquier declaración e incluso los escenarios son clave para difundir con éxito o fracaso algún mensaje. El fallecido líder cubano, Fidel Castro, no estuvo exento de ello, sobre todo al iniciar su mandato.

Entre el 15 y el 27 de abril de 1959, tan solo cuatro meses después de asumir el poder, Castro fue invitado por los Estados Unidos a realizar un viaje de buena voluntad y lo hizo a través de la Asociación Norteamericana de Editores de Periódicos (ANPA), que encabezaba Jules Dubois, corresponsal en ese entonces del Chicago Tribune. Fue el propio Dubois quien le recomendó a Fidel Castro contratar a una agencia de Relaciones Públicas para no solo ser el invitado de honor del almuerzo que le dedicó la ANPA, sino organizar una extensa gira por universidades, encuentros con estudiantes, así como entrevistas uno a uno con la Casa Blanca y en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Fidel Castro contrató, por la módica suma de $75,000.00 dólares, a una de las mejores firmas de Relaciones Públicas de la época, Bernard Relin and Associates, cuyos ejecutivos le recomendaron, entre otras cosas: sonreír, dejarse tomar fotos libremente con mujeres, besarlas como un rock star, cargar bebés y comer hot-dogs.

Una de las recomendaciones de Bernard Relin and Associates fue que los guardaespaldas de Fidel Castro se rasuraran la barba, un símbolo de la propia Revolución Cubana, y que Castro recortara su enorme barba para posicionarse más como un nuevo político americano. Esta fue la única recomendación que los cubanos no le “compraron” a esta agencia.

El resultado de la exitosa gira la podemos leer ahora en todos los portales: El 19 de abril, Fidel Castro no fue recibido por el presidente Eisenhower porque estaba jugando un partido de golf, pero sí se entrevista con el vicepresidente Richard Nixon en el Capitolio. Castro visita los monumentos a George Washington, Thomas Jefferson, Abraham Lincoln y la tumba del soldado desconocido en el Cementerio Nacional de Arlington. De Washington parte en tren hacia Nueva York.

Fue invitado al Lawrenceville School en Nueva Jersey, así como a la Universidad de Princeton y a la de Harvard en Boston. Llega a Nueva York el día 21 de abril donde se entrevista brevemente con el Secretario General de la ONU, Dag Hammarskjöld, además de realizar un multitudinario mitin en Central Park el día 24, con uno de los mejores discursos de la historia donde rinde homenaje a Juan Manuel Márquez. Realiza un recorrido por el Parque Zoológico del Bronx donde come hot-dogs. De Boston, Castro se desplaza a Montreal y finalmente, arriba a Houston donde lo espera el comandante Raúl Castro.

El resultado de esa gira, pues sabemos que lo más importante de una campaña de Relaciones Públicas es la cobertura o los clippings generados, es un Fidel Castro sonriente, atractivo, poderoso y jovial. Había surgido un nuevo ícono internacional, gracias al personaje construido por una agencia de Relaciones Públicas que transformó en tan solo 15 días, a un guerrillero recién bajado de Sierra Maestra, a uno de los líderes más importantes del siglo XX.