La reportera que cubre la fuente de la Presidencia de la República por parte de un sitio denominado Oro Sólido “hizo la tarea” sobre ¿quién es quién de los columnistas? Traía ya preparada la denuncia mediática contra el periódico El Financiero que, según su versión, fue rescatado de su quiebra por Pedro Aspe y Luis Videgaray. Acusó que el dueño del periódico era prácticamente un prestanombres y que dos años seguidos, el expresidente Enrique Peña Nieto lo nombró empresario del año y le condonaron impuestos. El presidente Andrés Manuel López Obrador no quiso profundizar sobre el tema: ya lo pasado, pasado.

Antes, sin embargo, Andrés Manuel se había extendido sobre el “columnismo” en México:

1.- A López Obrador no le interesa que en las mañaneras se ventilen estos temas porque generaría mucha polémica, sugiere que eso se publique afuera de Palacio Nacional, en los mismos medios.

2.- El presidente asegura que hay alrededor de 100 columnistas en el país, algunos medios mantienen 10 o 15. De los 100 columnistas 90 o 95 de ellos lo cuestionan constantemente.

3.- Su actividad política, como opositor, lo convirtió en una de las industrias más importantes para muchos medios de información. Columnistas obtenían sus ingresos a partir de cuestionarlo. Inclusive pensó alguna vez en cobrarles, dijo con humor, impuestos.

4.- Columnistas, por criticarlo, recibían entre 200 mil y 500 mil pesos mensuales. Él fue un cliente preferido de las críticas.

5.- Para Andrés Manuel ahora esas críticas ya no tienen ningún efecto. Con las críticas le va mal a los periódicos. Y, sin embargo, a los columnistas les pagan más que a los reporteros, les comentó a quienes cubren la fuente.

6.- Los columnistas se rayan, pero por las “benditas redes sociales” el “columnismo” terminó en desuso. Ya no rifa.

¿Tiene razón el presidente Andrés Manuel López Obrador?

No.

Si los columnistas ya no la rifan –los 90 o los 95 que lo critican un día sí y otro también– ¿para qué Andrés Manuel se toma la molestia de leerlos un día sí y otro también?