?Cuando pases por la tierra de los tuertos? cierra un ojo?. Refrán popular.

LO CLARO: La cultura de la protección civil no es cosa nueva. Su implantación como norma internacional, nace en 1949 de la mano de otro organismo que vela por la integridad de la vida: la Cruz Roja.

En nuestro país, la memoria se transporta inmediatamente al cataclismo sufrido por el sismo que ocasionó numerosas pérdidas humanas en el Distrito Federal. Era el 19 de septiembre de 1985.

A raíz de la dura enseñanza de vida, se hizo de observancia jurídica la responsabilidad de cuidar la existencia de los pobladores mexicanos, enmarcados en la Constitución Mexicana; en la ley general de protección civil; en la del sistema de protección civil de cada estado y en el reglamento de ley de protección civil que cada estado emana.

Nos ha impuesto grandes cambios culturales; al ser parte esencial de nuestra educación, el poner especial atención a la prevención.

El Congreso Local de Tamaulipas, a través de su presidente, destacó la vital participación de la sociedad en su conjunto, en la difusión e implementación de acciones tan trascendentes; como los simulacros de evacuación en edificios públicos.

La mejor manera de celebrar el día nacional de la Protección civil es teniendo una alta conciencia del cuidado de nuestros semejantes en casos de emergencias naturales o en desastres.

LO CLAROSCURO. En contraste a lo anterior, encontramos datos que vislumbran un crecimiento exponencial de una nación hermana, con algunos datos que llamaron poderosamente la atención. Usted juzgue.

Nicaragua es un país privilegiado por la riqueza y productividad de su tierra. Con enormes coincidencias culturales y étnicas con México, su población de 6 millones de habitantes es regida por un sistema dictatorial en manos del ?caudillo? Daniel Ortega.

Ahora, lo duro de entender. A pesar de su estratégica ubicación, es el segundo país más pobre de Latinoamérica; apenas por encima de Haití.

Pero, ya un acuerdo antiquísimo, sienta las bases para prever un crecimiento económico y de gran desarrollo; que según quienes poseen el proyecto potenciará a Nicaragua a niveles impensados.

Hablamos de su geografía estratégica. Desde la época colonial era pensado que un canal fluvial cruzaría el país mediante los dragados de unos ríos que conectasen al lago intermedio (Lago Cocibolca) y dieran tráfico de barcos de carga entre el Pacífico y el Atlántico.

Incluso antes de la idea de cruzar el Istmo de Tehuantepec y de la remota propuesta de entonces, relativa al Canal de Panamá.

Los norteamericanos, jamás dejaron de voltear hacia esa posibilidad: el Canal de Nicaragua.

Sin embargo, llegaron los chinos con la mejor propuesta en mano: 50 mil millones de dólares para su construcción; 50 años de concesión a la empresa HKND Group. Capital chino. El tráfico de carga, es igual de impensable y de redituable que el que actualmente circula por Panamá.

Prometen no menos de 5 mil empleos directos durante su construcción (ya dijimos que Nicaragua se encuentra al borde del colapso económico); la construcción de un aeropuerto; un oleoducto; dos zonas de libre comercio y bueno? seguro hasta oxxo?s se podrá encontrar; chinos, por supuesto.

Las bondades que ofrecen mediante espejitos a una economía sustentada en alfileres, les da a los nicaragüenses la posibilidad de repensar que no todo estaba fincado en su economía interna y que debían venir empresas extranjeras a acercar sus inversiones (China será en 2015 la primer potencia mundial económica).

La construcción y operación del canal, llevará por supuesto muchos años y el producto de la invasión al nacionalismo nicaragüense, tardará otro tanto en beneficiar de manera directa a los oriundos de esa nación.

¡Aún no logro compararla con ninguna otro país, donde se pretenda hacer lo mismo, en otros renglones estratégicos!  

COLOFÓN: ¿No será mejor, de plano cerrar los dos ojitos? Ps? ya encarrerados?

 

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