Tanto el Frente Amplio Democrático (FAD) promovido por el PAN, como el llamado Gobierno de Coalición promovido por el PRI, no son más que banderas electorales que buscan salvar en el 2018 a los devaluados logotipos de los partidos políticos, sobre todo al del PRI. Ambos proyectos son una alternativa electorera, innovadora, pero de difícil aplicación real. Ese ingenio innovador, deseable sería lo aplicasen para bien-gobernar, en vez de solo hacerlo para ganar elecciones despistando al electorado con maestría.

GOBIERNO DE COALICIÓN

Las encuestas dictan estrategias, en este caso no hablamos de las que dicen qué candidato va arriba o abajo sino las que indican que no quiere el ciudadano. La última encuesta de El Universal en el mes de agosto, ha sido consecuente a lo que va del año, indicando que 52% de los entrevistados aseguro que el peor escenario para México sería que el PRI gane las elecciones. Esto explica el destape del precandidato “no-priista” Jose Antonio Meade, donde este partido pretende alejarse de sí mismo debido al grave rechazo; de igual manera el Gobierno de Coalición busca hacerles ver distintos, no como el tricolor sino más bien una opción multi-colores.

Manlio Fabio Beltrones, el pasado mes de Julio expuso esta iniciativa e indicó que un gobierno de coalición abre la posibilidad de que varios partidos políticos y sus respectivos grupos parlamentarios, sean corresponsables en la operación y decisiones cotidianas del gobierno, no solo a través de su respaldo legislativo sino también con la participación de sus militantes como titulares de secretarías de despacho que forman parte del gabinete presidencial”. El sustento de esta propuesta es que, dado lo cerrada de la próxima contienda presidencial, “les preocupa” la legitimidad para el que gobierne con un congreso adverso; sin embargo, entra en duda este argumento ya que dicha falta de legitimidad hubiese sido remediada con una segunda vuelta electoral, misma que el PRI detuvo en junio de este año. Por otro lado, la muestra de que sí se puede gobernar con un congreso adverso la dio el mismo Peña Nieto al implementar las polémicas reformas estructurales con el “Pacto por México” del PRI-PAN y PRD.

Un Gobierno de Coalición como senda a un nuevo orden político, ha sido factible en Europa, años luz en democracia de México. Por en este país, primero debemos alcanzar la democracia básica, sin alternancias truncadas, sin fraudes. Luego buscar innovaciones.

FRENTE AMPLIO DEMOCRÁTICO

El FAD es la coalición PAN-PRD, y quien se quiera sumar, su misión oficial es que no vuelva a ganar el PRI, la no-oficial es que tampoco gane Morena. Y la misión “secreta” es que se beneficie únicamente Acción Nacional, quien ya encontró escudero. Excluyo al PRD como autor intelectual del FAD, ya que nunca ha formado parte del sistema político que ha gobernado al país en los últimos 80 años, solo ha sido invitado por el PAN para simular una amplitud incluyente hacia un horizonte de “izquierda”. Eso sí, aventando al PRD por delante como si hubiese sido su idea.

Una alianza tan antagonista en sus principios, como lo es el PAN-PRD, a mi punto de vista solo llevaría al caos, porque el problema está cantado de origen. Son agua y aceite. Es como si un sacerdote católico y un imam musulmán decidieran unir fuerzas para llegar a la salvación, en principio se oye bonito porque se piensa en sumar lo mejor de ambas doctrinas, juntos de la mano, sin embargo, al empezar la predicación resulta que uno les dice a los feligreses —por acá llegamos a Alá—, y el otro dice no, —por acá se imita a Jesús—, y finalmente terminan peleados, discutiendo, sin que uno o el otro, ceda.

Además, comparto la opinión de algunos, de que el PRD tiene un mejor candidato en perspectiva, Miguel Angel Mancera, aunque menos fuerza política, y en cambio el PAN tiene una mayor fuerza política pero inferior candidato(a). Y me da la impresión que el panismo “de a pie” si apoyaría a un Mancera abanderando la coalición, con tal de ganar; en cambio no veo a perredistas sufragando por Margarita Zavala o Ricardo Anaya, tal vez por Moreno Valle. Por otro lado, difícilmente el PAN soltaría la candidatura. Por lo tanto, la alianza PAN-PRD solamente funcionaria de existir una abdicación ideológica de una de las partes, o una sumisión.

¿EL CAMINO ES A LA IZQUIERDA?

El bipartidismo ya detectó que en la elección venidera, “los astros están alineados hacia la izquierda”, por eso el enemigo a vencer es Morena. Y por ello buscan salpicarse de rojo, naranja o amarillo para generar otra cosa menos quedarse iguales. (Azul + Amarillo = Verde). Igual el PRI, cito otra vez a Manlio Fabio cuando reconoció que: “el PRI está obligado a desdoblarse hacia la izquierda”; y también declaró que: “la democracia no está dando a la población los resultados que necesita y eso está generando decepción”.

¿Qué no decepcionaría a la población? Que el gobierno no se entrometa en las elecciones; que se permita un cambio de régimen, es decir, que tanto el PRI como el PAN vayan a la banca si así lo mandata el pueblo; y posterior a ello que el gobierno entrante no sirva a los intereses de los mismos grupos hegemónicos.

Nuevas tretas como éstas llegarán, y aquí, PRI-PAN pretenden ofertar un cambio de régimen de PRI-PAN. Mercadotecnia electoral, simulación, que busca perpetuar al bipartidismo en el poder. Porque para llegar a un verdadero cambio de régimen, que el país pide a gritos, se tiene que extirpar al viejo desde su raíz, y que renazca en uno nuevo, no maquillar al actual.

@cesarDavila_