LO CLARO. Entre las ‘penurias’ económicas que atraviesa nuestro agobiado país, hay datos reveladores que abonan a la certeza que algo estamos haciendo bien como sociedad –deje usted a un lado a los gobiernos- de modo que la sensación de productividad, es un buen augurio que fortalece el desarrollo de cada ciudad de cada Estado de nuestra nación.

Hay ejemplos quizá pensados ‘a vuela pluma’, que hablan sobre la preocupación y astucia que hacemos gala para salir adelante ante las tempestades.

Como una circular en redes que fomenta al consumo interno. Asevera la especie que si cada cual, procuramos un consumo mensual de 800 pesos en productos nacionales, habremos fortalecido el PIB en algo así como 70 mil mdp.

El verdadero resultado, ya lo palpamos. Al margen de las especulaciones o buenas intenciones. Los números que comparte el máximo organismo de asistencia y seguridad social –el IMSS- al menos en Tamaulipas presenta el análisis cuantitativo que mueve a la reflexión.

Apenas en diciembre de 2015, consideraba un universo de asegurados para este estado, por el orden de 598 mil 800 trabajadores.

En comparativa –y en franco ascenso- cierra agosto con 614 mil 500 empleados-jefes de familias.

Con un repunte sustancial en rubros económicos como el sector primario (agricultura, ganadería, pesca); construcción, comercio y en servicios sociales.

Remarcando lo sustancial: es logro de las y los mexicanos, en el esfuerzo compartido de buscar mayores beneficios y resultados para obtener una mejor calidad de vida. No es tema político.

LO CLAROSCURO. Ahora sí, a lo político.

Dos antiguas ciudades bíblicas, apostadas en una llanura junto al Valle de Sidim, fueron amenazadas de ser destruidas si no se encontraban entre sus habitantes al menos a 50 justos. No había ni diez…

¡Lumbre!

El artículo 15 de lo que será la nueva Constitución de la CDMX (contempla 76 en su totalidad), menciona al título como “Ciudad Productiva” y ensalza entre otros ‘logros’, el reconocer los derechos del ambulantaje. “Tiene derecho a desempeñar sus actividades y oficios en los lugares públicos de la ciudad; condiciones sanitarias y de seguridad; contar con servicio de educación y cuidado para sus hijos en instalaciones cercanas; ¡certeza jurídica! Y no represión”.

También las muchachas tienen su apartado. “Las autoridades de la ciudad, reconocen a la prostitución como una actividad lícita. Reconocen y protegen el trabajo sexual voluntario”.

¡Espere! ¡Apenas empezamos!

Hablan en otros títulos de proteger a los manifestantes (¿Más?). No habrá fuero –pero no se les tocará ni con un pelo durante su mandato-. “No se sancionará en forma alguna el uso de la cannabis” este último, seguramente logro de Fox.

Los periodistas perseguidos, pueden refugiarse en CDMX.

El asunto central del presente análisis, era el foco de atención sobre el evidente desparpajo en torno a la permisibilidad de llevar a cabo acciones de comercio, que según las reglas impuestas por la misma autoridad, se encuentran fuera de orden de Ley.

¿Qué no era una obligatoriedad el ‘contribuir todos al gasto público? ¿Acaso con pagar ‘derecho de piso’, se estimula a los ingresos federales que a su vez se retornan en salud, educación e infraestructura?

¿Dónde diablos quedó el tránsito a la legalidad? ¿Cómo pueden brindar certeza jurídica a quien se encuentra en la informalidad?

Y última pregunta: ¿Por qué no ofrecen las mismas garantías a los que se encuentran “derechos”? ¿No los merecen?

Da miedo de pensar en que las autoridades de la nueva CDMX, se conviertan en sal…

COLOFON. Algunas contundentes frases del Libro Sagrado, enunciaban: “¡Ay de los que a lo malo, dicen bueno y a lo bueno, malo! (.) Los que justifican al impío mediante cohecho, y al justo quitan su derecho”. Conste, lo escribió un mentado Isaías, por si desean quitarle el fuero…

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