El Filósofo alemán Friedrich Nietzsche llegó a exponer una de sus frases más icónicas en La gaya ciencia, esta frase es la que lo haría más famoso que ninguna otra quizá por su agresividad al statu quo, quiero aclarar que personalmente no creo en lo que afirma el filósofo, pero me es posible trasladarlo al momento político que vive nuestro país. 

Nietzche dijo: “Dios ha muerto y nosotros lo hemos matado” si esta sentencia la trasladamos a la situación que está viviendo el PRI, un partido que desde que tengo memoria los ciudadanos deseaban desterrarlo de la vida pública, por sus múltiples excesos pero también porque como humanos buscamos cambios y vivir toda una vida nacional bajo las mismas siglas no es aceptable, primero porque habla pésimo de nuestra democracia y segundo porque habla pésimo de nosotros como ciudadanos, pero graciosamente hoy los ciudadanos pueden decir “El PRI ha muerto y nosotros lo hemos matado”  y es que las similitudes de la filosofía de Friedrich y del sentimiento de los mexicanos el día de hoy son realmente similares, el filósofo alemán invitaba a sus lectores a abandonar la idea de que las autoridades debían estar protegidas por una deidad, en realidad la frase no es más que una metáfora de la evolución del pensamiento humano, en la que antes todas las respuestas se las dejábamos a la iglesia, con la evolución del renacimiento dejamos esas respuestas como insuficientes y pasamos al análisis concienzudo de las cosas. Políticamente lo mismo estamos logrando en nuestro país, el PRI es una institución que no podemos negarlo, otorgó muchos cambios positivos y negativos a nuestro país, pero más allá de eso, me atrevo a decir que es una institución creada a la medida de los mexicanos, pero de los mexicanos de hace más de tres décadas.

Como ciudadanos hace mucho tiempo que ya no dejamos todas las respuestas al PRI, transitamos después al PAN y resultó ser un PRI pero azulado, hoy vemos un movimiento que ha dejado pasmados a propios y extraños, lo que ha sucedido con MORENA a nivel nacional no es más que la respuesta de esté atentado ciudadano contra esa institución añeja del PRI, y aunque muchos alegaran que la eternidad del PRI y su capacidad de transformarse para volver al poder es infinita, la verdad es que esta vez lo dudo mucho, y solamente lo creería de una forma, si el PRI se atreviera a entregar sus dirigencias a los jóvenes.

Debemos recordar que, si a un muerto no lo entierras, muy pronto se mosquea y apesta, si al PRI los ciudadanos lo han matado, pero no lo entierran, sus malas prácticas se van a mudar a otros partidos, entonces no habría cambio alguno, es decisión del pueblo.