Justo cuando se dio a conocer el empalme del primer debate presidencial con un partido de la liguilla mexicana (Morelia vs Tigres partido de vuelta) se desató una cascada de declaraciones durante la semana anterior al mismo. Ciudadanos politizados se manifestaron por el cambió del horario del futbol, a nuestros consejeros electorales no se les ocurrió más que declarar que habían confiado en la buena intención de las televisoras de no empatar eventos de este tipo con el debate. Pero la chispa que le pondría picante a la discusión la aportó Ricardo Salinas Pliego al declarar en su cuenta de twitter “Si quieren debate, véanlo por Televisa, si no, vean el fútbol por Azteca. Yo les paso los ratings al día siguiente”. Resulta que para este señor es más importante obtener rating para su televisora que tener a una ciudadanía informada y apta para poder razonar el voto. Empresario al fin, la acumulación y el lucro sus intereses. Creo que toda la polémica que se armó benefició para crear expectativa y para dar de qué hablar a la audiencia y a los mismos medios que presentarán mesas de análisis variadas.

Preocupante que los dueños de las únicas dos televisoras prioricen sus intereses y ocupen los canales de más audiencia (canal 2 y 13) para transmitir un programa de espectáculos y un programa deportivo respectivamente, en lugar del primer debate de los presidenciables. Los defensores a ultranza de la democracia están para defenderla, no para ejercerla. Con este tipo de acciones no hacen más que desalentar la participación ciudadana y mantener desinformados a una capa de la población que no tiene acceso más que a sus medios para documentarse.

La consolidación de una democracia, pasa en buena medida por el empoderamiento ciudadano. De ahí la necesidad que tenemos como ciudadanos de informarnos, de criticar, de observar, de organizarnos, de decidir y de actuar. Es interesante la discusión que se alcanza en las redes sociales, sin embargo mientras el acceso a internet sea restringido poco avance se podrá observar desde ahí. Es imperiosa la necesidad de apoderarnos de los derechos que tenemos por ley, de reclamar por lo que nos toca y de empezar a encontrar  lo que nos falta para desarrollarnos óptimamente.

Una vez terminado el debate, no veo que pueda incidir de manera significativa en las preferencias electorales. Tal vez podría ayudar a decidir de manera clara al segundo lugar y de ahí hacer una competencia de dos, aunque se ve difícil. El debate se fue entre descalificaciones sin sentido, y las pocas propuestas que se dieron, el círculo rojo las tenía bien conocidas. No encontramos un bombazo que inclinara la balanza y que pueda declarar ganador a uno sólo. Esperar a que el segundo encuentro esté mejor diseñado y ayude a contrastar las propuestas reales de los candidatos.

Cierro con dos reflexiones. El poder ciudadano a las 20:00 hrs lo teníamos en el control remoto, las televisoras presentaron un buffet variado, (espectáculos, deportes y debate)  sin embargo a algunos los contenidos políticos les indigestan. ¿Con el espectáculo de hoy se les puede juzgar?

Es el primer debate presidencial que disfrutamos con redes sociales, grata experiencia. Comentarios de todo tipo: chuscos, sesudos, analíticos y hasta los completamente desatinados.