Un tema que se ha vuelto dominante en la discusión política de los últimos años, es el que se refiere al de derecho de los ciudadanos en buscar cargos de elección popular independientemente, sin necesidad de ir por algún partido político, esto es una respuesta al hartazgo que se tiene hacia la clase política y que es válida, ya que como dice la Constitución en su artículo 35 párrafo segundo, una de las prerrogativas que tiene el ciudadano es “poder ser votado para todos los cargos de elección popular”, por esta parte el discurso es válido, aunque al final un ciudadano que quiere buscar un cargo sin partidos políticos de por medio se va a terminar en convertir en un partido, porque tendrá que organizarse y en el supuesto que gane un cargo de elección, tendrá que formar un grupo con ideas a fines, tendrá que negociar, en síntesis terminara haciendo lo que realiza un partido político.

Dicho lo anterior, vayamos al tema que nos ocupa y que parte de la pregunta ¿el político deja de ser ciudadano?, y que se podría contraponer con ¿el ciudadano no es político? En el primer debate presidencial, uno de los candidatos se autodefinió como un candidato ciudadano, esa fue una palabra recurrente, donde le decía a los otros tres candidatos los políticos de siempre y él se dejaba ver como un candidato ciudadano.

Esa postura es incorrecta por dos razones sencillas: la primera es que la Constitución en el artículo treinta y cuatro párrafo uno y dos nos dice “son ciudadanos de la República los varones y mujeres que, teniendo la calidad de los mexicanos reúnan, además los siguientes requisitos: I. Haber cumplido 18 años, y  II. Tener un modo honesto de vivir.” Por esta parte parece que ambos casos los cumplen los cuatro candidatos, dejando “el modo honesto de vivir”, para otro análisis, por que hablar de ello es caer en un terreno muy subjetivo, entonces si nos apegamos a lo que nos dice la Constitución “los políticos de siempre” también son ciudadanos y el que se asume como “candidato ciudadano” también es político, porque esta haciendo campaña, esta presentando propuestas, y por mala suerte de él, fue impuesto al mas viejo estilo de hacer política en nuestro país, por medio del conocido dedazo, utilizado y avalado por “los políticos de siempre”.

El discurso en un político es el medio en que las ideas llegan a la sociedad, y el mal uso de los conceptos, distorsiona la realidad.