Curioso, pero en todos los escándalos que involucran a ex gobernadores, pareciera que éstos actuaron solos y que nadie se daba cuenta del desvío de recursos del erario público.

El tema tiene mucho fondo porque la estructura del gobierno en México está apoyada en tres poderes, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.

El ejercicio de los recursos públicos pasan obligadamente por los congresos locales donde se aprueban los presupuestos y existen instancias judiciales para vigilar su debida aplicación. Otra cosa, son los diputados locales los encargados de aprobar las cuentas públicas de los dineros ejercidos.

Y en otro nivel, la Auditoría Superior de la Federación –que depende del Congreso de la Unión- es la máxima instancia responsable de corroborar que los gobiernos estatales no hagan chanchullo.

Como decía el clásico, entonces ¿somos o nos hacemos?

¿Qué los legisladores de los estados nunca se dieron cuenta de los manejos extraños cuyo propósito era desviar fondos? Concedamos que actuaron de buena fe.

La ASF ha detectado a lo largo de su historia faltantes en los presupuestos y lo ha denunciado, pero su problema es que es una institución sin dientes, chimuela, y de eso muchos se han aprovechado.

La cuestión es hasta dónde los ex gobernadores se han valido de congresistas que voltean hacia otro lado para no darse cuenta del manejo irregular de los recursos públicos. O de instancias judiciales que tampoco ven ni oyen.

Eso no pasa de noche. ¿O sí?

Por eso resultó harto interesante el mensaje del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, ayer en Campeche, pues planteó ante diputados locales de todo el país que los congresos locales tienen la tarea pendiente de aprobar mecanismos para ponerle freno a la corrupción y a las malas prácticas de los servidores públicos que lo permiten.

La corrupción y las malas prácticas desde la administración pública, dañan a la sociedad, desprestigian a la  democracia y merman la credibilidad en las instituciones.

Y para más señas, Osorio dijo a los diputados que la corrupción se acaba con transparencia, instituciones fuertes y contrapesos efectivos.

Seguro que más de un legislador le caló hondo el mensaje pues hubo más de uno que arqueó las cejas. Ya no pueden seguir como el tío Lolo.

Lavaderus est

1.- Senadores y diputados nos quedaron a deber.

Es un mito genial eso de que a los legisladores les quita el sueño no cumplir con sus obligaciones. Ayer se les veía felices por irse cuatro meses, con goce de sueldo, todas sus prestaciones y viajes pagados, para dedicarse de lleno a la grilla y preparase para lo que viene en 2018.

Nos quedaron a deber el nombramiento del Fiscal Anticorrupción y la Ley de Seguridad Interior. Pero eso no les apura. ¿O sí?

2.- Dinero con gorgojo.

En redes sociales se hizo otra vez el alboroto palomero, con un nuevo video, en la que se confirmó a Eva Cadena, la de las bolsitas, como reincidente.  Se le veía feliz recibiendo moneda nacional y dólares.

Esta vez le tocó a Mario Delgado y a Ricardo Monreal, cada quién por su lado, usar el Fabuloso para intentar limpiar el plumaje manchado por la diputada local veracruzana, quien por cierto no ha dado su brazo a torcer para revelar la fuente del billete con gorgojo.

¿Cuántos bolsitas más, cuántas?

3.- De caricatura la foto en la que se retira del salón presidentes del PRI la imagen del coahuilense Humberto Moreira.

4.- Tome nota. Si la renegociación del TLC inicia en el próximo otoño, a buen ritmo estaría concluyendo por ahí de junio o julio del próximo año. Esto ocurrirá durante las votaciones federales para el relevo presidencial mexicano.