El próximo 4 de junio se llevarán a cabo elecciones en el Estado de México, la boleta más importante es para designar a quién ocupará la gubernatura por los próximos seis años en sustitución del priísta Eruviel Ávila.
La terna de los principales aspirantes se ha marcado por la pobreza de propuestas, los trapitos sucios, la confrontación y sobre todo los personajes tan deficientes que representan a los partidos políticos en la contienda.
El trío de tristes con Alfredo Del Mazo por el Revolucionario Institucional, Josefina Vázquez Mota por Acción Nacional y Delfina Gómez por Movimiento de Regeneración Nacional; figuras que han ocupado la mayoría de los titulares en el arrebato para dirigir uno de los estados más importantes del país.
Estos tres personajes no son la mejor opción, ni los candidatos que los mexiquenses merecen y mucho menos que descubran el hilo negro de las amplias necesidades de la población, sin embargo un porcentaje considerable de los votantes han inclinado su preferencia en la discípula de Andrés Manuel López Obrador; Delfina Gómez.
Y por ello vale la pena detallar algunos aspectos de la candidata y la preferencia ciudadana. Delfina Gómez pudiera ser la próxima gobernadora no por sus atributos políticos, académicos o de honestidad sino por el voto de castigo al llamado PRIAN, por representar a la alternancia en la figura de MORENA y por el efecto PEJE.
Qué terrible una votación una vez más se base en elegir “a lo menos peor” reconociendo con este término que también es mala la figura pero no tanto, mismos mexiquenses reconocen que -robó pero poquito- el objetivo es claro, destruir al PRI por encima de lo que sea, confundiendo que por el hecho de representar a MORENA y estar respaldada por López Obrador según muchos es sinónimo de honestidad e igualdad ciudadana.
Delfina Gómez no tiene trayectoria política, de ser directora de educación básica en el municipio de Texcoco brincó a ocupar la presidencia del mismo del cual solicitó licencia para contender a la diputación federal, cargo que ganó y hace poco también abandonó para ser candidata de nueva cuenta.
Recientemente los texcocanos en la búsqueda de anular tajantemente la posibilidad de que el PRIAN ocupara la dirigencia municipal, en elecciones recientes votaron a favor de Higinio Martínez Miranda para ocupar por segunda vez la presidencia, quien es por cierto el mentor y mandamás de Delfina Gómez, su creador y quien le ha dado muchos años y también la oportunidad en política.
Higinio Martínez, llamado el cacique al término de la primera vez que fue edil de Texcoco fue uno de los alcaldes más repudiados en su momento por los actos de corrupción y abusos que incurrió, años después esto quedó en el olvido y se le otorgó el perdón una vez que ocupó la candidatura de MORENA y con ello no dar tregua a los que dicen son los –rateros y ladrones-.
Los hechos tienden a repetirse, insisto elegir al menos peor lo que nos lleva cada vez más a la decadencia política, claras imposiciones y pésimos militantes.
EN EL OJO DEL HURACÁN
Y usted amable lector seguramente estará pensando que todo lo anterior qué tiene que ver o que le incumbe a Quintana Roo y los quintanarroenses, y déjeme decirle que tiene que ver y mucho. La elección del Estado de México es la antesala y el laboratorio electoral de lo que será la contienda del 2018 para elegir presidente de México, diputados y senadores.
Se traza el camino de qué tipo de candidatos nos ofrecerán los institutos políticos y cómo se comportará la ciudadana hambrienta de castigo.
A casi un año de las elecciones federales en Quintana Roo no se vislumbran figuras que puedan contender, y de las que se rumoran el currículum es deficiente aunado al desorden en el que se encuentran los partidos políticos; lo que es claro es que los ciudadanos se enfilan por el mismo patrón, castigar y optar por el menos peor.
El menos peor es siempre el mejor entre todos los peores, si bien la perfección no existe y menos en política, los mexicanos nos merecemos opciones de calidad, sin embargo en el nuevo ejercicio social, elegir al menos corrupto hace honor a la dignidad ciudadana y a su propia condición.
La esperanza de México no debiera ser la menos mala.
LO QUE LAS COPETUDAS CUENTAN
Tremenda lección dieron 25 niños y niñas quintanarroenses que conformaron el Parlamento Infantil, los pequeños legisladores sin titubeos y con la veracidad que caracteriza a los infantes de frente y a viva voz instruyeron a los diputados locales de cómo se le habla al pueblo y de qué forma se toman las riendas de la ley.
Qué pena que quienes dicen conocer la estructura política y conforman las leyes que rigen al Estado se les evidencie que son un adorno en el recinto quintanarroense y peor aún que no tuvieron la agallas de confrontar su realidad al no asistir o salirse del evento. Ambos casos son actos de descortesía, ineptitud y falta de tolerancia, y conste no importa el partido, cortaditos todos y todas por la misma tijera dijera la Tía Jovita: “Tan malo el pinto como el colorado”.