Yo, meciéndome en la hamaca, ella, la gerente del negocio, de pie contándome la basura que se oculta en el trasiego del negocio de la recolección de desperdicios, tóxicos y no tóxicos, que día a día o de Sol a Luna, si usted, apreciado Lector, así lo prefiere, se genera, se pudre y se amontona, en una ciudad como la nuestra. Y huele mal.

En la Administración Municipal anterior, se otorgó la concesión de recolectar la basura desperdigada en la vía pública, a una empresa privada a la cual el Municipio le paga una cantidad X por kilo de basura que se deposita en el Relleno Sanitario oficial destinado para tal fin. Y parece que es una buena lana.

Desde la fecha inicial de dicha concesión al presente, ha transcurrido un determinado periodo que ahora permite a la empresa de basura recolectar, además de la vía pública, contratar sus servicios de manera privada a negocios, conjuntos y condominios residenciales entre otras opciones. Nada habría de malo si no es que, por recoger dicha basura le cobran al Condominio o negocio y ¡se la cobran al Municipio como si la hubieran retirado de la vía pública! Si esto es así, huele a moche.

Pero no es todo. Pululan camionetas o camioncitos sin identificación ostensible de la autorización correspondiente del Municipio, porque no es obligatorio, lo cual favorece la piratería y que se cuelen personas sin escrúpulos que ofrecen sus servicios de recolección a cotos y negocios a bajo costo, pero que no tiran los desperdicios en el Relleno Sanitario oficial, si no en el primer terreno baldío que encuentran en detrimento de la ciudad y con riesgo para la salud pública. Esto huele a inspectores con debilidad visual y habilidad financiera.

Bueno, estimado Lector, para no contaminar con el tufo de la basura, su capacidad de asombro y su buena fe sobre el trabajo de nuestras autoridades, que no están exentas de ser engañadas, le cuento tal como me lo contaron que hay otro grupo de piratas de los desechos que se contratan en un Condominio, por ejemplo, y en sus depósitos para los desperdicios, separan vidrio, cartón y aluminio para venderlos, obviamente, y los restos orgánicos los embolsan por separado y ¡los van tirando en diferentes esquinas de la vía pública!. Bueno, esto es el colmo y, naturalmente, huele a madres.

 

Rendijas

1. La basura es un tema delicado y la autoridad debe manejarlo con limpieza y transparencia

2. Nos rodea la inconsciencia, el oportunismo y la barbarie, así, es muy difícil transformar a una sociedad.

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