A cuatro semanas de las elecciones.

Después de que el INE emitiera las nuevas reglas para evitar la sobrerrepresentación, y de acuerdo a la mayoría de las encuestas publicadas en los últimos días, podemos prever que en la próxima legislatura federal no habrá mayoría ni para el partido en el gobierno, ni para la alianza “Va por México”. Al menos que los llamados partidos satélites de Morena y que juegan por separado en esta elección, se sumen por completo para votar a favor de las iniciativas del presidente.

Las encuestas se cierran cada vez más entre la alianza Morena-PVEM-PT y la del PRI-PAN-PRD, aunque ambas se quedarían cortas para llegar a la mayoría simple que requieren.

Aunque es cierto que el partido en el gobierno dispone por primera vez en su historia de una maquinaria electoral con recursos económicos y humanos, para poder llevar a cabo una operación exitosa el día de la elección que les ayude a ganar varios de los puntos perdidos en estos meses; también es cierto, que hay un fenómeno que se ha hecho presente cada vez con más frecuencia y de manera contundente en las últimas elecciones: el voto oculto.

Este voto, representa el sentir de miles si no es que de millones de personas que cuando llegan a ser encuestados, dan una respuesta opuesta a lo que realmente harán el día de la elección; esto como medida de temor quizá ante la posibilidad de perder algún apoyo, o tener alguna reprimenda por parte del gobierno.

La burocracia es uno de los grupos grandes de personas que se ubican en este llamado voto oculto, así como algunos beneficiarios de programas que a pesar de recibir ayuda del gobierno, tienen un sentimiento negativo hacía el mismo por culpa de algún incidente que involucra a familiares o amigos o su mismo trabajo. Especialmente en esta contienda, podría jugar mucho la percepción y el sentimiento que tengan las personas que hayan perdido a algún ser querido por la pandemia, y que consideren que no fueron atendidas como se debe por parte del gobierno.

Así como estos ejemplos, puede haber muchos otros casos en donde se aplique este razonamiento. Lo cierto es que el voto oculto, generalmente perjudica y mucho al partido en el gobierno, y es algo que seguramente saben de antemano en Palacio Nacional y les debe preocupar a sobre manera.

Los fenómenos políticos de los últimos años a nivel mundial, nos han enseñado que la gente no perdona, que los ciclos y la paciencia de los ciudadanos es cada vez más corta, y que el poder desgasta y desgasta mucho; aunque hay algunos que consideran que desgasta más no tenerlo.

Por lo pronto estamos a cuatro semanas de las elecciones, y aunque las preferencias de Morena van bajando, aún pueden presumir que el Presidente tiene una aprobación del 57%, claro que finalmente, López Obrador no estará en la boleta, y las encuestas no reflejan el voto oculto que seguramente, será un duro voto de castigo contra el gobierno.

El “Caballo Naranja”

Después de que se diera a conocer que 143 personas han perdido la vida desde que inició el proceso electoral en México, el candidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Sinaloa, Sergio Torres Félix, fue muy contundente al negar que vaya a redoblar su seguridad personal en esta recta final de las campañas.

El caballo naranja de Sinaloa afirmó que no tiene temor de que existan planes para atentar contra ninguno de los candidatos de su estado, pero atenderá las recomendaciones de las autoridades competentes.

A pesar de que su partido perdió hace un mes a Carlos Alfredo Sevilla Cuevas en Jalisco, el pasado 10 de marzo, Sergio Torres confía en la civilidad que se tiene en Sinaloa.