Me cansé. Simplemente me cansé de responder a los comentarios que calzan los artículos de esta página. Sobre todo, me canso porque no hay poder humano que parezca bajar a los agresivos defensores de AMLO de la nube en que andan. Critican a los bots de Peña Nieto y se parecen a ellos. Se convierten en lo que critican: odio, represión, fascismo.
Caen en la contradicción al decir que unos resultados de la encuesta de Covarrubias y Asociados están “copeteados” o “cuchareados”, porque dan una ventaja de 9 o 10 puntos a Enrique Peña Nieto sobre Andrés Manuel López Obrador. Acusan a una de las casas encuestadoras que aún gozan de la credibilidad de la izquierda seria.
Pero cuando esta misma casa da a conocer que Mancera va en primer lugar, por mucho, en el Distrito Federal, la aplauden y dicen que esa sí es válida. ¿Pues en qué quedamos? ¿No debería estar arriba Beatriz Paredes? Si las encuestas están “cuchareadas” ¿no?
Pierden perspectiva de la realidad y esgrimen argumentos como “no conozco a nadie que vaya a votar por Peña, entonces esas encuestas las compró –todas- el PRI y Enrique Peña Nieto”. Confunden un movimiento estudiantil válido, validísimo e importante, con el hecho de que todo mundo odia a EPN y nadie va a votar por él. No entienden que el Distrito Federal no es México.
Desconocen que el PRI, como viejo lobo corrupto de mar, ha venido tejiendo redes de “coordinación” del voto por todo el país, mientras otros sólo visitan comunidades y hacen mítines. El PRI, mantiene una red de compra de votos multinivel, discreta y sofisticada, que desgraciadamente funciona entre todos aquellos que no tienen twitter, Facebook, computadora o, ya ni se diga, luz eléctrica.
Aclaman, desde ya, que una televisora ha decidido quién será presidente y con ello insultan a toda la población, la tachan de ignorante, de estúpida, comprada, mediocre… y sólo estoy diciendo aquellos argumentos decentes, porque en su creatividad esgrimen calificativos como “priandejo”.
En Estados Unidos, la cadena Fox News es claramente Republicana y conservadora (¿Dónde más le darían espacio a Sarah Palin?) y ¿saben qué? Sólo los republicanos conservadores la ven. No subestimemos la capacidad de la televisión en una democracia inmadura como la nuestra, pero tampoco le confiramos poderes sobrenaturales.
No hay casa encuestadora válida para los radicales del movimiento anti PRI-AN –para no decir seguidores de AMLO, porque afortunadamente la mayoría es pensante y no radical- tampoco hay reportero, periodista no hecho concreto que los convenza.
Recurren, entonces, a la descalificación, al insulto fácil, a la idea de que cualquiera que no piense como ellos, basados en los hechos, es un traidor, vendido, lameh… de Enrique Peña Nieto.
México entonces parecería estar destinado a caer en uno de dos regímenes totalitarios. El ya conocido por todos durante 70 años, y el que nos quieren pintar como una amenaza para México. Sobra decir que quienes lo pintan como amenaza para México son los mismos que lo defienden más allá de la razón.
Si no pienso como tú y creo ciegamente en AMLO ¿estoy mal? ¿merezco ser quemado en la hoguera junto con todos los oligarcas corruptos? No lo creo.
Yo más que nadie deseo un cambio en mi país, pisoteado por políticos corruptos que se van impunes desde siempre. ¿Será AMLO la mejor opción? No lo sé, espero estar en libertad, por lo menos, de pensarlo. Una cosa sí les digo, no creo en soluciones mágicas, esas no las tiene nadie. Las promesas son fáciles de hacer para endulzar nuestros oídos. ¿A quién no le gusta oír que todos tendremos empleo, escuela, dinero, salud, prosperidad? ¡Pues a todos! Pero eso tiene un costo como sociedad. ¿Estamos dispuestos a pagarlo?
Por lo pronto, ya me cansé. No más respuestas a oídos sordos. Si su trabajo es estar todo el día en redes sociales atacando a un columnista sí y a otro también allá ellos. A mí, por lo pronto, nadie me paga por opinar.