México tiene sus propios asegunes como para andar de luz de la calle y oscuridad de la casa.

Así que en el caso Venezuela ni Trump ni Putin: Lo que rifa debe de ser la “Doctrina Estrada”, bautizada así como eje de la Política Exterior de México desde 1930, que fue bautizada en honor del canciller Genaro Estrada, durante la Presidencia de Pascual Ortiz Rubio.

La sana “Doctrina Estrada” es la madre de la política exterior mexicana que siempre, hasta que llegaron los panistas al poder, abogaba por la autodeterminación de los pueblos.

Bolivia, Cuba, México y Uruguay reconocieron ayer a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, mientras que Brasil, Colombia, Perú, Ecuador y Costa Rica se fueron por el lado de Juan Guaidó.

Venezuela, se sabe, viene de padecer muchos años el autoritarismo, primero de Hugo Chávez, y luego de su heredero Nicolás Maduro, a quien por lo visto no le funcionan los chistes que cuenta, como aquel del pajarito.

Pero quién tiene la bola mágica para que nos diga que Juan Guaidó sea mejor ser humano, al intentar apropiarse sin elecciones de por medio, del poder en el afligido país sudamericano.

Por muy malo, sin embargo que sea Maduro, lo ocurrido en Venezuela es asunto exclusivamente de los venezolanos.

Y que nos quede claro: nosotros los ciudadanos podemos opinar de este tema y de cualquier otro lo que se nos venga en gana. En cambio nuestro presidente López Obrador debe de ser muy cuidadoso y escoger sus palabras.

Cito a Federico Arreola: “Cuando los venezolanos arreglen sus problemas sin la intervención de extranjeros (ojalá con la salida de Maduro: es lo que opino), entonces que @lopezobrador_ les desee suerte y nosotros a seguir en nuestras broncas”.

¿DEVERAS CUAUHTÉMOC?

La frase de la semana se la lleva el gobernador de estado de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, quien dijo que está difícil combatir la inseguridad porque “hay un chingo de delincuentes”.

Hablando del combate a la corrupción, el ex estrella del futbol dijo que tiene cientos de carpetas de investigación abiertas por actos de corrupción en el gobierno pasado, pero hablando de los delincuentes afirmó: “No es fácil, imagina cuántos hay, ¿Cuántos hay? Hay un chingo, pero vamos a trabajar porque no podemos permitir más".

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